Estaba en clases de ciencias, una de las clases más aburridas en mi opinión. Soy humanista, por lo que las ciencias no van conmigo. En fin, pensaba en un chico que desde que entré a este colegio me cautivó: su nombre es Checho, es un año mayor que yo y creo que para él ni existo
— Señorita TN, ¿puede repetirme lo que acabo de decir? —me dice una maestra evidentemente enojada—
— Lo siento maestra, no estaba tomando atención —le digo sincera—
— Sí no le gusta mi clase se puede retirar —me dice, indicándome la puerta—
— Genial —le digo yo, para posteriormente desafiarla y cruzar la puerta—
La maestra se ve claramente disgustada, pero para cuando me sale a buscar yo ya estoy lo suficientemente lejos para ella. Iba caminando mirando hacia atrás, por si es que venía, para salir corriendo cuando me choco con alguien.
— ¡Checho! —le digo, sorprendida— ¿Qué haces aquí?
— Lamento asustarte TN, la maestra de matemática me pidió que fuera a buscar algo —se encoge de hombros— Además, entre nosotros... las matemáticas no son lo mío —me dice sonriendo—
— Lo mío tampoco —le digo sonriendo y mirándolo a esos ojos cafés que tanto me encantan—
— ¿Y tú? ¿Qué haces aquí? —me mira sorprendido—
— La maestra de ciencias me regañó y me dijo que podía salir de la sala si quería, así que lo hice —le digo, levantando mis hombros—
— Wow, eso no lo vi venir. Checho dice que fue increíble —me responde con su clásica frase—
— Gracias Checho —le digo sonriendo—
— Ey, ¿puedo preguntarte algo? —me dice cambiando de tema y poniendo un poco de intriga al asunto—
— Claro que sí —le digo sonriendo—
— Supongamos que me gusta una chica —empieza diciendo algo, un tanto nervioso— ¿Qué le gusta? O sea, tú eres una chica y sabes a lo que me refiero.
— Depende de la chica —le respondo— Pero un ramo de flores o chocolates no te lo niega nadie, a menos que seas alérgica claro —sonrío— ¿Por?
— Curiosidad —me dice— Bueno, debo irme. Un gusto hablar contigo —se va y me deja con la intriga, ¿quién será esa chica?
Al día siguiente, respondo a mi pregunta: veo a Checho con un ramo de flores y unos chocolates, pero no está solo, Isa está con él. Ya está, cero chances de salir con él ahora, lo perdí. Yo me voy y cuando me doy vuelta siento una voz, SU voz...
— TN —me dice— ¿Te pasa algo?
— Nada, sólo... me alegra ver que las cosas salieron bien —le señalo a Isa—
— ¿De qué hablas? —me pregunta, curioso—
— ¿La chica era Isa, no? —le digo, cada vez más segura—
— No —me dice serio— La chica eres tú, siempre has sido tú —esta vez me sonríe—
— ¿Yo? —le pregunto, incredula— ¿Es en serio?
— Sí. Eres la persona más increíble que he conocido, y si... me gustas mucho pero no quería decírtelo por miedo a arruinar nuestra bella amistad —pellizquenme si estoy soñando— Pero ya no aguanto más, cada vez que te veo mi corazón se acelera y me cuesta respirar. Eres la única que ha causado eso en mí, por eso... TN, ¿quieres ser mi novia? —me muestra el ramo de flores y los chocolates—
— Sí, me encantaría —le digo, sonriente—
— Me gustas mucho —me besa— Y me encanta que me gustes —me sonríe—
— También me gustas Checho —le sonrío y lo vuelvo a besar—