Capítulo 14: Mi primer vals con Sherlock Holmes.

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Las luces y la música del baile se esparcía por todos lados. Desde metros antes de llegar a la puerta de entrada a la fiesta ya se oían las risas, la música y los cuchicheos de los invitados. Mientras avanzaba tomada del brazo con Patrick no pude evitar recordar aquella vez que para recolectar información para un caso, Sherlock Holmes y yo habíamos tenido que asistir a un baile juntos.

Aquella noche había vestido un bello vestido color borgoña que Sherlock me había ayudado a pagar. Nos adentramos en las paredes adineradas del baile y el olor a licor y el dulzor de los pasteles nos invadió la nariz de inmediato. Un hombre vestido de traje negro, muy parecido al de Holmes nos entregó los carnet de baile, dónde debíamos anotar el nombre de nuestra pareja para cada uno de los bailes de la noche. Sherlock me tomó por el brazo para no perderme entre la multitud de los invitados.

—Debemos ser cuidadosos, solo vinimos a hacer unas preguntas —me aclaró al oído —. No estamos aquí para divertirnos o socializar.

—¡Auch! —exclamé —. Ese muchacho de allí es tan atractivo, había pensado en acercarme a hablarle, y, tal vez, de paso a invitarlo a bailar. 

Una sonrisa lobuna adornó mis labios. Me miró molesto mientras tensaba la mandíbula.

—Solo bromeo, sé lo que estamos haciendo aquí —le di un golpe el el brazo para tranquilizarlo.

En ese momento una pareja de adultos se dirigieron a nosotros con elegancia. Sherlock hizo que pusiera mi atención en ellos dando pequeños golpes disimulados en mi hombro.

El matrimonio debían ser los anfitriones de la fiesta.

—Hola —saludaron cordiales al mismo tiempo. La mujer vestía un vestido blanco hueso que hacía que sus rizos castaños resaltaran a la perfección. Mientras tanto, el marido vestía el mismo traje negro que todos los demás hombres de la habitación. «¡Qué original!» había pensado. Claramente con ironía.

—Buenas noches —saludó Sherlock con una sonrisa impropia de él. Yo también saludé, pero sin la sonrisa incluida.

—Es una fiesta fabulosa, los felicito —dije.

—Estamos felices de que lo disfruten —había dicho la mujer —, señores... —intenté ocultar mi risa ante la situación. Ninguno de los dos nos había visto nunca, y aún así se esforzaban en disimular.

—Lo lamentamos, los Smith nos hablaron sobre su fiesta y no pudimos aguantar las ganas de presentarnos, dijeron que para ustedes sería un placer recibirnos en su baile —explicó Holmes fingiendo excepcionalmente lastima. Los Smith eran los padres del joven al que debíamos interrogar —. Somos los Handel.

Me apuntó con su mano y me dirigió una sonrisa digna de una pareja profundamente enamorada, se la devolví de igual manera. La pareja se miró y rápidamente fingió recordarnos.

—¡Los Handel! —exclamó la mujer —. Por supuesto.

—Lamentamos la confusión.

—No se preocupen, es realmente un placer tenerlos con nosotros —habló el marido.

Sherlock sonrió gustoso.

—Esperamos que la fiesta sea de su agrado, deben probar los pasteles, son una delicia —dijo con entusiasmo la mujer apuntando una mesita llena de postres de colores.

—Y la bebida —añadió con alegría el hombre. Su mujer le dirigió una mirada llena de reproche.

Sherlock y yo reímos. La mujer evaluó mi vestido con la vista y luego me felicitó por lo bien que me veía. Yo le agradecí. 

Un caso de amores libres y misterios indescifrables [Sherlock Holmes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora