The last hope -Joel Miller-

cap 1 - "el comienzo"

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Helena Montero era una joven mujer de 26 años residente en Austin, Texas. desde que tenia memoria su sueño era convertirse en alguien que pudiera ayudar a otros. nadie en su familia había obtenido un titulo luego de graduarse, sus dos hermanos mayores comenzaron a trabajar en cuanto cumplieron la mayoría de edad. pero Helena no planeaba seguir con aquella tradición.

luego de ingresar a la universidad de Austin cuándo cumplió los 18 años, pasó los siguientes 7 años perfeccionándose.
fue graduada como la tercera mejor en su clase, titulo que le otorgaría una gran oportunidad como interna en uno de los hospitales mas grandes e importantes en la ciudad.

el día 23 de junio del año 2003 se presento un programa de ayuda al adulto mayor, se trataba de un programa puertas adentro donde los seleccionados serían enviados con familias las cuales necesitan ayuda con los mayores en el hogar. Helena no se notaba del todo convencida el día del anunciamiento, pero cambio de idea al saber que los internos seleccionados serian tomados en cuenta el día que elegirían quienes podrían obtener un contrato para trabajar oficialmente como doctores en aquél lugar.

una semana después de que los seleccionados fueran enviados a los respectivos hogares durante los siguientes 3 meses, Jane tuvo la fortuna de ser enviada con una familia no muy lejos de la ciudad.

los Adler eran una pequeña familia de tres conformada por "Nana", la mujer a quien deberá cuidar y monitorear su mejora. Conny, la primera y única hija de la mujer, y por ultimo, Danny, el esposo de Conny.
y como olvidar a Mercy, la cachorra guardiana.

las primeras semanas fueron algo difíciles, no tanto en lo que era llevar a cabo su trabajo, si no mas bien en adaptarse a su nuevo hogar temporal.
Helena desde su nacimiento fue diagnosticada como "celiaca", una enfermedad que le impide consumir o estar cerca de la harina de trigo. debido a esto ha debido de rechazar diversas comidas que los Adler preparan comúnmente. Como galletas, tartas y pastelillos.
Y también la falta de una de sus bebidad matutinas favoritas...

--Lo siento cariño, olvidé comprar el café está mañana-- avisó Conny mientras guardaba los alimentos que había comprado en el supermercado.

--Esta bien, no hay problema-- respondió como si estuviera acostumbrada a que se olvidarán de aquélla compra.

ella sabía que la verdadera razón era que Conny y Danny tenían problemas de hipertensión, por eso evitaban comprar ese tipo de productos.

Luego de administrar la dosis diaria de su medicamento a Nana, salió de casa para dirigirse a la cafetería más cercana.
Está zona de casas estaba a unos cuantos kilómetros de la ciudad en auto, si quería ir por un simple café debía de tomar el autobús, que costaba un dolar más qué la misma bebida.

--¡Helena!-- escuchó una voz femenina gritar desde una de las ventanillas del autobús.

Al levantar su mirada pudo observar a Sarah, la niña que vivía frente a la casa de los Adler.
La niña venía al menos tres veces por semana asi qué ambas ya estaban familiarizadas.
La joven bajó del autobús y abrazó de la cintura a la mujer.