.｡..｡.♡✿ 𝓓𝓪𝔂 𝓐𝓷𝓭 𝓝𝓲𝓰𝓱𝓽 ✿♡.｡..｡. ~ Madara Uchiha y tú

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Terminando las clases, Gustavo se acercó a mí para preguntarme en dónde íbamos a hacer el trabajo que el maestro nos había dejado, pensé en hacerlo en casa sabiendo que ahí nadie nos iba a molestar pero él se me adelantó preguntándome si gustaba hacerlo en su casa pues allá tenía los materiales necesarios para hacer el trabajo, pensé en el porqué no quería hacerlo en mi casa sabiendo que podía llevarse los materiales y hacer el trabajo ahí, total da igual en dónde hacerlo, lo importante era cumplir con el trabajo

—Me parece bien hacerlo en tu casa, sólo dime tu dirección y ahí estaré mañana

—Me gustaría empezar el trabajo hoy —dijo sacando su celular —¿Podrías pasarme tu número?

Estuve por tomar el celular para pasarle mi número pero alguien más tomo el aparato por mí, miré a la persona que se lo había quitado a Gustavo con algo de brusquedad, ahí miré a Madara mirando al chico con ganas de asesinarlo poniéndome nerviosa, ¿Por qué tuvo que llegar justo ahora?, Demonios estoy segura de que le hará algo a Gustavo si no se va en este momento antes de que Madara llegué a molestarse más por retarlo

—Sabes Gustavo, mejor dame tu dirección en un papelito y yo iré a tu casa para hacer el trabajo —dije tratando de que se fuera rápido

—¿A qué irás a su casa? —dijo Madara molesto

—Hacer un trabajo, me tocó con él —le quite su celular —Ten, luego te veo

Gustavo sólo asintió saliendo corriendo totalmente asustado, miré a Madara seria pues no podía creer que se haya atrevido a hacer algo como esto, no eran celos lo sé porque ni siquiera nos conocemos tanto como para que Madara este armando una escena de celos por “sentir algo más por mí” me dejó claro que lo nuestro sólo es sexo y así se quedará pero no me gusta que se comporte de ese modo no permitiendome hacer ni un sólo amigo.

Madara sólo bufo tomándome de la mano llevándome hasta su auto, me hizo subir a este y me colocó el cinturón de seguridad, subió también al auto y comenzó a conducir, ¿A dónde se supone que vamos?, ¿Acaso piensa en asesinarme sólo porque estuve hablando con ese chico?, Por Dios no puedo creer que Madara sea tan estricto con sus cosas, y sí, me dijo que yo era de su propiedad por lo que no podía estar con nadie más que no sea él, debía de cumplirlo de lo contrario me iba a castigar y ya estoy temiendo por lo que me hará.

Llegamos a un hotel que se veía muy lujoso y nos adentramos a este, Madara le pidió a la recepcionista una habitación del último piso, la chica busco en su computadora una habitación que estuviera desocupada y cuando la encontró le dió a Madara las llaves diciéndole el número de la habitación, él se lo agradeció y tomándome de la mano nos dirigimos hasta el ascensor, ¿Piensa matarme en esa habitación para después tirarme del último piso?, No lo creo, si Madara estuviera pensando en matarme lo haría en un lugar apartado de la ciudad, donde nadie pudiera verlo por lo que no creo que estemos aquí porque me quiera matar.

Entramos a la habitación que pidió Madara y este cerró la puerta con seguro, trague saliva dejando mis cosas en el sofá, Madara se acercó a mí lentamente que hasta me pareció estar en una película de terror

—Espera, déjame explicarte el porqué estaba con él

—Ya lo sé

—¿Entonces por qué me trajiste aquí?

—Baby, sólo quiero divertirme

—Pudimos haber ido a otra parte

—Aquí nadie te reconocerá, pues estoy seguro que en el departamento en el que me estoy quedando habrá muchas personas en el hotel que te pueden conocer

—¿En qué hotel estás?

—El que está cerca de la plaza “San Miguel Arcángel”

—¡Ese hotel es el de mi papá!

—Ya ves —rió —Es mejor estar aquí —me tomo de la cintura

Madara me tomo de mi mejilla derecha dándome un beso en los labios que le correspondí, me cargo haciendo que enrollara mis piernas alrededor de sus caderas, me llevo hasta donde se encontraba la cama y me acostó en esta con delicadeza sin dejar de besarme.