⌖ 23: llamada

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König se metió en la cama y se tapó con las sabanas, sintiendo al instante el calentito cuerpo de su novia pegarse a él.

Después de dos rondas más en la ducha, se habían bañado como correspondía y se habían metido en la cama.

—Mira, bebé, ya lo prendí, ahora necesito tu rostro para el reconocimiento facial.— murmuró, apuntando el teléfono hacía el rostro de su novio.

—¿Por qué eso necesita reconocer mí rostro?— preguntó asustado, escondiéndose debajo de las sábanas.

La chica rió, sintiendo su corazón explotar de amor.

—Es para que puedas desbloquearlo, mí vida.

—¿Eh? ¿Por qué lo bloquearía?

—¡Dios! ¡Me vas a matar de amor!— chilló, metiéndose con el bajo las sábanas junto a él.

Lo tomó de las mejillas y comenzó a dejar miles de besos sobre sus labios y todo su rostro, haciéndolo reír enamorado.

—Hey, basta, basta. En serio, no entiendo.— dijo divertido, intentando detener el ataque de besitos que estaba recibiendo.

—Te amo.— dijo, saliendo de debajo de las sábanas junto a él —Mira, cuando tu no estés usando tu celular se va a bloquear para que nadie pueda usarlo por tí, puedes poner una contraseña, un pin o un patrón pero el celular también te permite usar tu rostro o tus huellas dactilares.

—Uhm...— murmuró pensativo. —¿No puedes saltearlo? No quiero una contraseña... Solo lo usaré para hablar contigo y con mí hermano.

—Está bien.— dijo con una sonrisa, acurrucandose otra vez, apretando la opción de "saltar".

Lo configuró, todo bajo la atenta mirada del chico. Cuando finalizó el proceso lo prendió, instalando todas las aplicaciones necesarias con la conexión del hotel.

—Bueno, ¿qué quieres que te explique primero?— murmuró concentrada.

—¿Se puede cambiar esa imagen del fondo?— murmuró apenado. Realmente no entendía nada, su último teléfono solo tenía la opción de llamar, enviar mensajes y tal vez si tenía ganas lo dejaba escuchar música.
Todo el presupuesto siempre había ido a la enfermedad de su hermano, nunca había tenido la oportunidad de usar algo en él. 

—Claro, bebé. Puedes poner la imagen que quieras.

—Quiero una foto nuestra.— dijo simplemente, haciéndola estallar de amor.

—No te haces una idea de lo mucho que te amo.— suspiró, abriendo la aplicación de la cámara. —¿Quieres que nos saquemos una ahora?

—Si.— murmuró, cubriendo mejor el pecho de su novia con las sabanas, acurrucandose contra ella para posar.

______ levantó la cabeza para darle un beso en su mejilla, haciéndolo sonreír y cerrar sus ojos. Apretó el botón, dejando inmortalizado aquel tierno momento.

—¿Te gusta?

—Es bonita. Me gusta.

—A mí me gustas tú.— dijo con una sonrisa. —Agendaré mí número, el de Price y el de tu hermano.

—¿Lo conseguiste?— preguntó feliz.

—Si, se lo pedí al Capitán cuando termine mí entrenamiento con armas hoy, y me dio su número para pasármelo, así que ahora tengo los dos.

—Que emoción.— dijo moviéndose ansioso. —¿Podemos llamarlo?

—¿No es tarde, amor?

—No. Si aquí son las cuatro ahí deben ser las diez de la mañana. Podemos llamar.

shy [König] (EN EDICIÓN!!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora