Extra 3: Vistazos.

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Ethan

__ No voy a decirlo. - se niega Erick. - Solo fue un accidente, ella lo sabe.

__ Está llorando, corazón. - le habla Stephanie con calma - La tristeza causada por tí a alguien, puedes reemplazarla por una sonrisa con una simple disculpa. No es difícil, pero sí curativo.

__ Le compramos una nueva malteada - señala.

__ ¿Te enojaría ver a Arleth en su lugar? - mira a la pequeña en mi hombro que dice incoherencias, las cuales respondo sin saber de dónde sale tanta imaginación.

__ ¿Ella va a llorar? - dudo que mi hija sea afectada por algo simple, pero no puedo interferir en la conversación madre e hijo en esos temas con respecto a la niña de rizos bailando al ritmo de sus pasos.

__ Amor, hay personas que son más sensibles que otras. Puede que sí, aunque realmente no lo sé. - le entrega la nueva malteada en lo que el hombre que acompaña a la pequeña la ayuda a limpiarse. - Solo dile que lo sientes, que lamentas haber manchado su vestido y nos vamos.

Acepta a regañadientes. Mi hijo es un tanto testarudo cuando se lo propone, es como si en lugar de ser mi hijo, solo fuera de Stephanie.

Espero en mi lugar a que ellos dos vayan, Arleth intenta bajarse pero si la dejo es capaz de ir a una de las tiendas que tiene a la vista. Es un desastre andante, una niña revoltosa que creí sería tranquila y no daría problemas pero hace dos días le pegó a uno de sus compañeros por tocar su cabello. Es impulsiva, como...

Para que me hago. Me gusta ver ese carácter alocado y sin límites que se carga. Es ver a mi madre ser una pequeña.

__ Cuando seas grande, no dejes que nadie se lleve el privilegio de robar tus lágrimas, cariño - le hablo - Porqué el valor que tiene no lo pagan ni con su vida.

__ Sí, papi. - no lo entiende pero finge que sí. Es una de las miles de razones por las cuales la adoro, no necesita comprender las cosas, ni se esfuerza en ello pero sabe cómo lograr que quiera no soltarla jamás. Es mi bebé por más que diga que ya tiene cinco años.

Observo a Erick volver a dudar de lo que hace, es espontáneo en algunas cosas, pero cuando la vergüenza se instala en él, no hay quien lo mueva.

__ ¿Es tu sobrina? - me dice alguien detrás mío. Giro para ver a la chica que ve la niña con una sonrisa gigante en sus labios. - Es preciosa.

__ Es mi papi. Y nos ama. A mi mami, a mí y a mi hermano cabeza de calabaza - saca sus dedos - Y a la abuela, y al abuelo, y al tío Marcus...

__ ¿Es tu hija? - pregunta.

__ Ya lo dijo. Mi revoltosa nunca miente - aseguro mirando a la niña que sigue diciendo nombre innecesarios. No sé quién es "puro huesos" pero también lo agrega a una lista que sigue su curso.

__ ¿Y estás solo? - no aparto los ojos de la mujer que camina de la mano con mi hijo mayor.

__ No, tengo a mi hija conmigo. - señalo. - Ahora, si me disculpa debo ir con mi esposa.

Se están tardando mucho en lo que solo es una disculpa por haber chocado con la niña que traía una malteada, la cual le manchó el vestido blanco que traía. Por venir jugando con el móvil tuvo ese accidente y lo que hace Stephanie es para que no vuelva a caminar de esa misma forma, ya que tener una colisión de ese estilo es el menor contratiempo que puede causar.

Quizá no sea muy habitual, pero puede resultar efectiva.

__ Y a Billy, y a Leandro...

Oír a la distraída de mi hija me hace reír. La dejo en el suelo mientras sigue tocando sus deditos, se la entrego a su madre tomando el lugar con Erick.

Ahora  soy tu dueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora