It's nice to have a Friend ━ Pedro Pascal.

6. Treat me gently

SOFÍA

Mi piel ardía cada vez que él se alejaba de una zona después de besarla. Estaba recostada en mi cama con él sobre mí y con sus labios sobre mi cuello y sus manos subiendo y bajando por mi espalda. Su respiración era suave y embriagadora.

—¿Qué pasa? — le pregunté cuándo noté que estaba titubeando un poco.

—Creo que tengo miedo.

—¿De esto?

—No de esto — deslizó la yema de sus dedos por mis mejillas — esto es lo más deseo. Y es por eso mismo que tengo miedo.

—¿Vamos demasiado rápido? No tenemos que hacer esto si aún no quieres — tragues saliva con dificultad. Lo decía de la boca para afuera. Por dentro me moría por ser suya. Y parece que él se dio cuenta porque sonrió y me dio un beso corto.

—Quiero hacer esto Sofía. Lo voy a hacer, para que te enteres — me reí avergonzada — pero eso no me impide sentir miedo.

—Si lo dices por...

—No lo digo por él. No es competencia para mí — bajó su rostro y besó mi cuello cerca de la clavícula hasta mordisquear mi labio inferior — dejaste de ser suya desde hace tiempo.

—¿Entonces de que tienes miedo?

—De enamorarme — confesó, sus ojos brillando en la tenue luz de la habitación — de hacerte daño — con un suspiro, Pedro se recostó a mi lado. Con una mano detrás de la cabeza y la vista fija en el techo. Me voltee y apoyé mi cabeza en la palma de mi mano — mi vida es complicada. Sobre todo ahora, voy a estar un año yendo y viniendo. No puedo estar viajando tanto, tengo que mantener mi mente concentrada. Tengo que pensar en quedarme a vivir en Canadá todo un año.

—Lo sé — su camisa estaba entre abierta sobre el pecho. Estiré mi mano para dibujar cosas imaginarias en su piel — eso no me molesta. Yo sé que es así. No tengo problemas con eso. Ni con esperar.

Pedro me miró dudoso.

—No podré viajar todos los fines de semana.

—Talvez yo pueda ir a verte. Si es que se puede — encogí los hombros avergonzada, Pedro alzó las cejas.

—Si. Digo, si podrías

—Pero...

—¿Y tú trabajo?

—Tengo menos aprensiones que tú — seguí jugueteando sobre su pecho — Además en tres meses más termino mi primer periodo de trabajo y tengo un descanso de un par de semanas, creo.

—Yo sé que tengo un mes de descanso. No estoy seguro cuándo — resopló.

—Pedro — me acerqué lo suficiente como para estar cerca de su rostro — no te presiones con estas cosas. Yo no te estoy pidiendo nada. Solo... solo quiero disfrutar estos momentos contigo — me acerqué a sus labios y lo besé despacio — lo que venga en el futuro, vendrá por si solo.

—Cuándo veo mi futuro — pasa una mano por mis caderas — no lo veo sin ti. Y eso me aterra. Me aterra que no sea así.

Un nudo se atravesó en mi garganta.

—Pedro yo... — me aclaré la garganta — yo también tengo miedo de esto ¿Sabes? De que no sea real. De que un día despierte y me de cuenta de que todo fue un sueño. Y yo...

—Te quiero Sofía. No sé si es pronto, si vamos demasiado rápido, yo solo... no puedo dejar de pensar en ti.

—Todo lo que has dicho por dos — él sonrió.