Capitlo 3: Una Mujer Libre De Pecado. Parte 2

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Ante todos ellos me quite la capucha, al hacerlo una hermosa luz radiante salió de mi rostro. Los pueblerinos quedaron atónitos por mi belleza.

—A ti, hombre con el corazón podrido en maldad, te haré una pregunta, ¿crees que un ser como yo, radiante de hermosura y acabado de belleza... estaría con esta mujer de poca belleza ante mis ojos?. Dije de forma arrogante.

Aquel hombre no dijo nada al igual que los demás detrás de él, solo había un silencio entre la multitud. Claro que ellos necesitaban silencio absoluto para poder entender la radiante figura que yacía frente a ellos.

—Yo.. Yo no tengo para palabras para describir tal belleza frente a mi. Dijo el hombre.

Me giré hacia Bellanca mientras le extendía mi mano, "Levántate y vayamos a buscar a tu marido". Dije. Ella lentamente mientras temblaba de dolor levanta su mano para tomar la mía.

Mire y pregunté a las personas de pecados en donde estaba su esposo a lo que una mujer respondió.

—Según dice, su esposo yace en su casa y no a salido desde que descubrimos la infidelidad de su esposa.

La mujer mientras me decía esas palabras comenzaba a cae baba desde tu boca, sus ojos comenzaron a nublases y su rostro a sonrojarse.

Tome a Bellanca y con la multitud caminamos hacia la casa de ella. Mire a Aarón pensando que estaba incómodo o molesto por mi acción ante todo esto.

—Lo siento Aaron, es posible que te moleste lo que hago, pero no puedo permitir semejante castigo injusto.

Aarón me mira mientras sonríe alegremente ante mi. —Ya sabía que eras una persona maravillosa, pero lo que estás haciendo va más allá de ser una persona maravillosa.

*sonrió levemente* —Ya veo.

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Tras caminar por varios minutos con Bellanca y detrás mío la multitud, llegamos a su casa donde estaba su marido.

La casa era una bastante grande, escuche de algunos de los pueblerinos que su marido la construyó él mismo como regalo cuando él y Bellanca se casaron, lo que me hace creer aún más que su marido no pudo ser ese tipo de mala persona.

Abrí la puerta, y ante mi habían montañas de botellas de vino, toda la casa tenía un fuerte olor a alcohol. Tanto era el hedor que nadie se atrevía a entrar a la casa.

Le pedí a Aarón que cuidara a Bellanca mientras yo iba en búsqueda de su esposo.

Revise la sala, pero no encontré nada, revise la cocina y su habitación, pero igual no pude encontrar nada hasta que un ruido proveniente de abajo me puso alentar.

Camine guiándome del ruido hasta que encontré una puerta en el suelo que al abrirla me mostró unas escaleras hacia abajo... era un sótano y al bajar me encuentro con un hombre, aquella persona de cabello negro y ojos negros tenían en su mano una botella de vino y detrás de él muchas más pero vacías.

Aquel hombre hablaba de forma en la que no entendía, no lo entendía por que habla cosas sin sentido como si murmuraba estupideces.

Camino hacia el pero de forma lenta, el hombre me ignora y continúa bebiendo su vino. Al momento de estar en frente de él me agaché.

Lucifer Entre Los Olímpicos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora