Capitulo 7: Lucifer Y Las Ninfas. Parte 2.

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Lutero comenzó a rodearme con su escudo y espada en mano, me quede mirándolo mientras giraba la espada santificada apuntando al suelo.

Detrás de mi estaban Adara y la ninfa Sinope, Adara estaba muy preocupada por mi, se le notaba en los ojos, pero vaya sorpresa se llevaría al momento de ver cómo luchó.

—Te cortare en diez pedazos y te daré de comer a los cerdos.

Lutero comenzó a balbucear cosas estúpida sin sentido para mi, por lo que concluir esa conversación ridícula.

—Hablamos mucho... para ser un verdadero cerdo con pelo.

El blanco rostro de Lutero se tornó rojo de furia, sin decir nada él se abalanzó hacia mí, en cambio yo como siempre estaba en completa calma.

Justo cuando apunto su espada a mi cuello, Adara se cubrió los ojos gritando mi nombre.

Pero con un simple movimiento de la espada santifica, la hoja de la espada de Lutero se rompió, otro gesto de mi mano hizo de Lutero saliera volando, ya fueron tres veces.

—¿Un simple movimiento de su espada... ¡rompió la mía!?.

Camine. Justo en su dirección, Lutero sintió duda por alguna razón, pensaba: "¿Será este un dios primordial?.

"¿Ahora tienes miedo?". Dije caminado hacia él. "Apenas estamos comenzado este pequeño juego de, 'caza al cerdo peludo', así que si ya no tienes ganas de lucha... corre".

Lutero no tenía miedo, al parece era un guerrero, y eso era bueno, podría saber que tanto poder divino me quedaba.

Lutero cargo con toda sus fuerza su escudo para embestirme, Justo cuando estaba apunto de impactar use la autoridad de la gravedad.

Al principio pensé que no funcionaría, pero resulto que aún tenía la autoría de la gravedad.

Con la autoridad de la gravedad hice que Lutero flotara suspendido en el aire, me acerqué a él.

—¿Pero que clase de magia es esta? ¡No puedo moverme?. Dijo enojado Lutero.

—Y así te quedarás, hasta que yo diga lo contrario. Dije.

Camine de vuelta hacia la ninfa Sinope y Adara, Adara estaba feliz de que no me pasara nada, corrió y salto hacia mi con una hermosa sonrisa.

—Gracias a los dioses que estás bien Lucifer.

*La sostengo con las dos manos*

—Tranquila, hermosa joya, estoy muy bien. Dije con una ligera sonrisa.

Adara se enojó de repente, ¿acaso tendrá cambios de humor?. Me estaba regañando por lo peligroso que fue luchar con un satiro, pero al parecer se sorprendió que no solo fuera hermoso, si no también poderoso.

La ninfa Sinope caminó hacia mi, se arrodilló y me dio las gracias por salvarla.

—Muchas gracias por salvarme, mi señor, sería tan amable de dejarme saber el nombre de aquel que fue mi salvador. Dijo Sinope.

Baje con cuidado a Adara (aun tenía dolores de la noche anterior) y fui hacia la ninfa.

Me agache hacia ella la cual aún estaba de rodillas y le dije:

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