Capitulo 9

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Pasaron varios días antes de que Maddie leyera el informe médico de Sam. Por alguna razón no volvieron a hacer el amor en la casa de Sam. Se fueron a la cama después de que Kara, Simon y Helen se fueran, agotados por la boda. Durmió en la enorme cama de Sam, deseando que él la tocara, pero no lo hizo. De alguna manera, parecía distante, muy diferente de cómo habían estado durante su increíble experiencia en el muelle. Permaneció esquivo el día siguiente. Pasaron un mañana de ocio y la tarde viendo películas en su sala de proyección hasta que ella tuvo que volver a casa para hacerse cargo de algunos asuntos profesionales antes de volver al trabajo.

Había aceptado la proposición de Sam de hacerse cargo de la clínica como entidad de caridad y había presentado al hospital su dimisión. Sam había insistido tenazmente que no volviera a trabajar en la clínica hasta que pudiera dedicarse a ella la jornada completa. Él mantenía a sueldo a personal substituto hasta que pudiera volver. A ella no le había gustado mucho, pero accedió. Si trabajar exclusivamente en la clínica significaba que tenía que esperar unas semanas para volver, lo haría.

Sam no volvió a mencionar el matrimonio una vez que llegaron a un acuerdo acerca de la clínica.

Ella se fue de su casa con un breve adiós y planes para mejorar la clínica y él le dijo que la llamaría.

Habían pasado tres días y aún no había oído nada de él. Ahora, el desasosiego empezaba a apoderarse de ella y su cerebro no le daba un respiro.

Algo no andaba bien. Su reacción cuando lo toqué fue como si...

Abrió la carpeta de papel, con el pijama puesto y dando un trago a su copa de vino se atrincheró en el sofá. Sin saber muy bien por qué estaba leyendo el documento, pasó las páginas. Se encontró con el chequeo más reciente y los resultados negativos en todas las enfermedades posibles de transmisión sexual y en sus análisis de sangre de Sam. No era ninguna sorpresa que estuviera en perfecta forma física después de haber visto su cuerpo al natural, en primer plano, un espécimen increíble de perfección masculina.

Haciendo un esfuerzo por no pensar en eso siguió pasando las páginas, sin descubrir mucho, excepto unos incidentes víricos en los últimos doce años, pero nada significativo.

Maddie sabía que había visto lo suficiente para saber que Sam estaba perfectamente de salud, pero la curiosidad la llevó hasta el grueso informe que había detrás de todos los documentos, preguntándose qué había sucedido para que acumulara tantos documentos viejos.

Sus ojos se abrieron como platos cuando descubrió que eran todos informes psicológicos, documentación de sus citas con un psicólogo.

Víctima de abuso sexual... penetración anal forzada resultando en hemorragia rectal... tocamiento de ...entre los 11 y los 12 años.

Maddie apartó los ojos de los documentos con horror. Llevándose la mano a su corazón acelerado, intentó calmar su respiración agitada.

Dios mío, no! Hay un error. No puede ser Sam. Por favor, no él.

Terminó el vino en dos tragos y puso el documento en el sofá para servirse otra copa, le venían mil pensamientos a la cabeza.

Regresó con una copa de vino hasta arriba, temblando aún mientras se sentaba. Como médico, Maddie había visto los suficientes casos de violación y abusos sexuales. Todos y cada uno eran horribles, pero no podía aceptar que Sam hubiera sufrido de aquella manera.

A veces, no me gusta que...me toquen.

Maddie se estremeció recordando su profunda voz de barítono al decir estas palabras, la fugaz expresión de miedo en sus ojos al decirlas. Supo que algo no andaba bien, aquello fue una reacción instintiva. En algún lugar recóndito de su mente sonó la alarma en ese mismo momento, identificando su reacción como la de un hombre que de alguna forma ha sido dañado.

La Obsesion Del MultimillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora