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El día había transcurrido con tranquilidad, para ser el primer día que le daban clases a Jisung lo sintió muy normal, nada pesado, como cuando sus padres le llevaban a personas para que aprendiera a hacer cosas básicas escolares a su corta edad

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El día había transcurrido con tranquilidad, para ser el primer día que le daban clases a Jisung lo sintió muy normal, nada pesado, como cuando sus padres le llevaban a personas para que aprendiera a hacer cosas básicas escolares a su corta edad. El elfo se sintió bastante calmado, al parecer tuvo un mal concepto de lo que en realidad era ese lugar, no era tan infernal como parecía. Aunque todo en su cabeza no iba con tranquilidad, y una de las razones era Lee Minho. Su nombre recorría su cabeza una y otra vez, al igual que su guapo rostro, al igual que esas hermosas alas llenas de plumas que solamente lo hacían más atractivo y sexy, bueno, no era lo único que pasaba por su cabeza, también se preguntaba cuáles fueron las malas experiencias de sus amigos con el grupito ese donde estaba aquel chico atractivo.

Decidió salir al enorme jardín que fue parte del recorrido que le dió el rubio amable. Aquel lugar de verdad parecía sacado de un cuento de hadas, cumplía con todos los bosques hermosos de una historia de Disney donde un príncipe guapo encontraba a una bella princesa cantando a lado de un enorme río cristalino, hermoso y sobre todo, lo que no podía faltar, rodeado de animales y criaturas mágicas. Estaba demasiado fascinado, sabía que algunos de los estudiantes necesitaban algo así para poder vivir en paz, entre ellos claro que estaba él, se sentía muy familiarizado con todo ese ambiente, y es que él también es una criatura sacada de un cuento de hadas.

Tomó una bocanada de aire y caminó hasta uno de los enormes y hermosos árboles que se encontraban más cerca del río. Con tranquilidad sacó un libro para iniciar una lectura, leer no era mucho su hobby pero en algunos momentos era con lo que se entretenía. Pero no cualquier lectura, eras libros que ya conocía al derecho y al revés, odiaba leer cosas nuevas por la ansiedad de saber qué pasaría, siempre leía lo mismo una y otra vez al punto de saber la mayoría de los diálogos y narraciones.

Pero por alguna razón su vida se sentía como un libro que a penas estaba comenzando a leer. Eso le molestaba demasiado, antes de llegar a esa odiosa academia sabía con seguridad su camino, ser un príncipe sin preocupaciones, sabía que para tomar el trono faltaría mucho tiempo, pero se confió demasiado y dejó eso de lado dándose cuenta de que fue totalmente su culpa que a sus padres no les quedara de otra más que llevarlo a un lugar inesperado donde no sabría cuánto tiempo se quedaría. Su futuro ahora era incierto y eso le causaba ansiedad y un grande conflicto.

Su lectura fue interrumpida por una voz que gritaba un nombre conocido.

–¡Changbin ven acá!– La voz de un pelirrojo agotado de tanto correr fue la interrupción de su tranquila lectura.

Dirigió su mirada de donde escuchó a Hyunjin y notó que no solamente estaban esos dos, estaban los cuatro chicos en, bueno, en una imagen algo comprometedora y es que no llevaban casi nada de ropa, solamente su ropa interior ¿Por qué estaban semidesnudos corriendo como unos animales salvajes? Jisung tal vez pensó que era su naturaleza de hombres pero él nunca había hecho algo así. Los miró con atención hasta que su mirada se quedó clavada en ese chico que tanto lo hipnotizaba, tenía un cuerpo muy trabajado y sexy, vaya que guardaría esa imagen en su mente por mucho tiempo. Pero eso no era todo, empezó a volar para ganar lo que aparentemente era una carrera hasta ese enorme río. El peliazul quedó atónito por esa escena tan espectacular, se prometió a sí mismo guardarla en su mente hasta que su alma muriera por completo.

The Royale Fantasy ~minsung~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora