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Ese movimiento de caderas que ejercía en la entrepierna contraria era suficiente para que Minho perdiera todo el control de aquella situación, además de esos dulces besos y las caricias que daba en sus alas puesto que esta era una zona sensible, l...

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Ese movimiento de caderas que ejercía en la entrepierna contraria era suficiente para que Minho perdiera todo el control de aquella situación, además de esos dulces besos y las caricias que daba en sus alas puesto que esta era una zona sensible, la sobreestimulación estaba en su cuerpo en ese momento, podía sentir cómo su ropa interior se humedecía por el líquido preseminal que empezaba a salir de su glande.

Jisung era tan bueno complaciendo.

Si bien, estaba encantado y empezaba a hacerse adicto a aquello quería también ayudarle al menor que ya se encontraba completamente desnudo encima suyo, una vista totalmente perfecta, sus ojos se nublaron por la excitación y la lujuria que empezaba a sentir. Solamente había un problema, no sabía cómo darle placer al menor, se había dejado llevar tanto por el maldito calor que sentía que no se detuvo a pensar sus próximos movimientos, pensaba que iba a ser como lo describían en las novelas, natural y sin problema, había entendido un poco al principio pero después empezó a estar confundido. Supuso que Jisung tenía algo de experiencia por la forma en que su cuerpo se movía y lo jodidamente sexy que se veía arriba de él, mientras, Minho solo gemía, tratando de no quemarse tanto el cerebro pensando en lo que haría después.

–Minho...– Llamó el menor tomando una de sus manos que se encontraba en reposo en aquella suave cama –Tócame– Imploró colocando la mano y haciendo que recorriera parte de su pecho –Haz conmigo lo que quieras– Pidió nuevamente, impaciente. Llevaba algunos minutos sin sentir las manos del pelimorado y su paciencia se agotaba mientras la calentura de su cuerpo iba aumentando.

Minho no dijo nada, solo pasó su mano por el pecho ajeno, algo nervioso, acarició los pezones ajenos escuchando un dulce gemido por respuesta, le había gustado y su cuerpo temblaba por la misma razón. Sonrió confiado y siguió acariciando esta zona.

–¿Aquí te gusta?– Preguntó con la voz ronca, apretando con fuerza esos botones rosados.

–¡Sí!– Cubrió su escandalosa boca con su mano, podrían descubrirlos si gritaba muy fuerte.

–Tendremos que ser silenciosos Sung– Susurró en su oído, estaba empezando a ser divertido, así que apretó un poco más aquel lugar escuchando los gemidos que cubría con su mano el menor.

Ya bastante entretenido con la idea de que tenían que hacer el menor ruido posible, pasó su mano por el miembro del peliazul rodeando todo el falo, hizo movimientos lentos pero muy pronunciados haciendo que el elfo arqueara su espalda por el placer que estaba experimentando, Minho jugaba con el glande pasando su pulgar algunas veces, estaba torturando al menor con ese juego previo tan satisfactorio.

–S... Suficiente Minho– Intentó retirar la mano del ángel, quería hacer otras cosas antes de venirse.

–Bien– Retiró la mano metiendo esta misma a la boca del menor, haciendo que lamiera sus dedos dejándolos cubiertos de viscosa saliva que se había formado por el placer.

The Royale Fantasy ~minsung~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora