𝑋𝑋𝑉: 𝐶𝑖𝑒𝑟𝑟𝑒 𝑑𝑒 𝑐𝑖𝑐𝑙𝑜

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Las pesadillas volvieron.

El único lugar donde K'uk'ulkan no podía protegerla y era donde la esclava Isabel volvía y la reina Dorma desaparecía. En su sueño Dorma volvía a estar en las oscuras mazmorras de la Inquisición, el sonido de una gota de humedad filtrándose y cayendo hasta el suelo era lo único que se oía.
Gotita...
Gotita...
Gotita...

Se movió un poco pero con dificultad sintiendo como los grilletes se clavaban en su piel y por más que se movía sólo se escuchaba el tintineo de las cadenas. Tenía que tranquilizarse, respirar hondo, eso era una pesadilla no estaba ahí de nuevo.

—Despierta Dorma....despierta....no estas aquí.... estás en Talokan....— se decía intentando tranquilizarse pero cuando escuchó el sonido de pasos acercándose a la celda seguido del tintineo de las pesadas llaves que abrieron la pesada puerta de hierro.

—Es la hora del interrogatorio bruja— la voz rasposa del Inquisidor hizo que Dorma intentase revolverse y huir de ahí.

—No....¡No! ¡K'uk'ulkan! — el hombre encapuchado se fue acercando seguido de otros soldados que la liberaron de sus cadenas y la sujetaron evitando que la mujer pudiese escapar -¡¿Cómo osáis tocarme?! ¡Soy Dorma reina de Talokan! ¡K'uk'ulkan!

— Nadie va a acudir a tu llamado, bruja ¿Acaso confiesas que el nombre de K'uk'ulkan es el que te dio tu señor Satán?— pataleando y gritando volvieron a llevarla a esa horrible habitación: la sala de tortura que estaba iluminada solo por los fogones donde herramientas de hierro se calentaban y el encapuchado verdugo era iluminado como un demonio salido del averno.

—Hola pequeña hereje, vas a ser mi invitada....al potro hay que hacer crecer a la brujita Isabelita— dijo sonriendo como una hiena sacando del fuego una barra de hierro al rojo vivo y lo acercó al rostro de Dorma quien sintió aquel calor infernal.

—¡NO, NO! ¡SOY INOCENTE! ¡SOY DORMA DE TALOKAN NO ISABEL! ¡K'UK'ULKAN AYUDAME!

—¡NO!— se incorporó en el lecho sintiendo que el corazón se le salía del pecho, jadeaba y respiraba agitadamente pudiendo relajarse un poco cuando sintió las suave corriente submarina y notó como Namor había sujetado su rostro y la estaba zarandeando levemente para hacerla entrar en si.

— ¡Dorma soy yo! - sin más Dorma se abrazó a él escondiendo su rostro en el pecho desnudo de su esposo quien la abrazó dejando caricias en su espalda intentando calmarla —Solo ha sido una pesadilla, estoy aquí no estas sola, solo ha sido una pesadilla....— se separo de él respirando aún agitada pero su tacto caliente, sentir su corazón latir....era real, era él de verdad.

—No puedo seguir asi....me quiero quitar esto de encima....— oírla así solo le daban más ganas de declarar una guerra abierta a la superficie y arrasar con todos y cada uno de ellos, ahogarlos a todos bajo las aguas junto con todas sus ciudades, solo de pensar que Dorma era solo una de tantas víctimas le ardía la sangre, y más que Dorma era su reina, su esposa y ya bastante la había visto sufrir aquellos terrores nocturnos que hacía tiempo parecían calmados pero ahora habían vuelto con bastante fuerza.

—Todo esta bien, tranquila, estas en casa y nadie va a dañarte.

Le daba una mezcla de asco y odio el verle, pensar que esa patética parodia de hombre hubiese dañado a los suyos, como todos los colonizadores de la superficie, solo traían consigo desgracia y muerte, y ver allí en la cueva a dos que además habían dañado a su esposa le hacía hervir la sangre.

—¿Puedes ir traduciendo lo que digan y lo que les digamos?— preguntó Namor a Dorma quien asintió con la cabeza aunque no le hacía gracia oírla hablar en ese idioma odioso pero era la única que lo hablaba y lo entendía.

—Es él....Satanás....el demonio que arrasó una hacienda entera....— Tartamudeó Tomás al ver más claramente a Namor viendo directamente aquellas orejas puntiagudas y aquellas alas en sus tobillos, en su momento cuando llevó a Dorma a su casa y le contó a Dolores sobre ese encuentro ella no le creyó es más hasta se rió de él pero ahora le tenian ahí delante...y de muy mal humor.

—Puede ser rápido esto depende de vosotros...¿Qué buscabais en un cenote sagrado?

—Vete al Infierno maldita bruja, tú y tu demonio con alas— una sonrisa ladina se dibujó en los labios de Dorma y con total calma le tradujo a Namor palabra por palabra incluyendo los insultos que aparentemente encajó aunque eso solo hacía más que aumentar su enfado.

—A ver una vez más....¿qué hacíais en un cenote sagrado y había más de vosotros?

Fue cansado y casi a la pareja se les fueron los nervios debido a la obstinación de los dos respiradores de aire, pero solo bastó con mostrar una lanza de vibranium para que empezasen a escupir todas las respuestas que querían: estaban en ese cenote porque se habían arruinado económicamente y sabían de boca de antiguos esclavos que en esos lugares podrían encontrar nativos para apresar por el comercio de esclavos y que sólo habían ido ellos dos porque no tenían a nadie más que les ayudase, encima de codiciosos estúpidos porque ellos dos solos no iban a poder hacer nada para apresar a nadie.

 

—Sabes lo que toca ahora, ¿verdad?— preguntó Namor una vez se alejaron lo suficiente de ellos para poder hablar más tranquilos, aunque hubiesen contado todo lo que querían saber tocaba ahora el eliminarlos porque conocían de su existencia y no podían dejar esos cabos sin atar. 

—Lo sé, ¿vas a hacerlo tú?

—¿Quieres hacerlo tú?— preguntó levantando una ceja, no iba a negar que ver a Dorma en actitud guerrera le era muy atractivo pero también por una parte conocía el carácter dulce de Dorma que no iba a ser capaz de quitarle la vida a alguien.

—No lo sé.....— tras dejar un beso en su frente, Namor le acercó una lanza haciendo que la tomase, tenía que hacerlo ella, cerrar ese capítulo ella misma.

—Puedes hacerlo— la animó.

Fue brutalmente satisfactorio, sin decir nada Dorma volvió a la celda y al verla ambos armada empezaron a chillar como niños pequeños, suplicando piedad, pidiéndole perdón por todo lo que le hicieron que por favor les perdonasen la vida. No hubo piedad. La primera en morir atravesada fue Dolores cuando la lanza de vibranium atravesó su pecho de manera rápida y limpia, ella no era como ellos, no era cruel, no iba a torturarlos como hicieron con ella, ella era mejor e iba a acabar con sus patéticas vidas de una manera, disfrutando de ver como la luz se apagaba de sus ojos y la sangre corría como un río. 
Mayor satisfacción fue con Tomás donde a él lo atravesó varias veces salpicándose de la sangre, disfrutando de ello en el fondo. No solo por el secreto de Talokan, si no porque con eso cerraba heridas.

Ya todo recuerdo de Isabel desapareció. Nunca más.  




NA. Vamos a tener un nuevo salto temporal y ya nos situaremos en los acontecimientos de Wakanda Forever :D

O C E A N PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora