𝑋𝑋𝑉𝐼𝐼𝐼: ¿𝐶𝑎𝑝𝑟𝑖𝑐𝘩𝑜?

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-¿Mandarás a Namora y Attuma hasta allí?- Dorma arqueó una ceja ante las palabras de Namor, si el científico vino de Estados Unidos allí tenía que estar además que había que comprobar si los wakandianos iban a cumplir la petición de Talokan de darles al científico por las buenas si no....bueno tendría que hacerse a las malas pero confiaba en que los wakandianos fuesen listos y eligiesen la opción pacífica, Namor tenía razón pues ellos al exponerse al mundo hizo que el resto del mundo quisiera buscar más vibranium en el mundo si no podían tener el de Wakanda.

-Son mis generales y sobre todo son leales.

-Lo sé, pero sabes que Dayami va a querer ir también, lo sabes.

-No. Tenéis que quedaros en Talokan- no es que no confiase en ellas pero con el riesgo tan alto de que su mundo quedase expuesto las quería a salvo a las cuatro aunque eso significase tenerlas apartadas de todos los acontecimientos y que se quedasen en casa pero no quería arriesgarlas a ninguna de ellas.

-K'uk'ulkan .....

-No Dorma, quiero que estéis a salvo , si algo os pasase.....sé que Dayami, Naab y tú podéis defenderos pero os necesito aquí en Talokan.

-No me hace gracia que cuando ocurre algo serio nos quieras tener apartadas, Itxchel es comprensible es una niña.

-¿No entiendes que si os llegasen a hacer algo arrasaría Wakanda hasta sus cimientos? Aunque fuese un solo rasguño.

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-No sé porque sigo haciendo esto.

-Porque soy tu debilidad- Attuma no debía de seguir cayendo en los encantos de Dayami, por todos los dioses conocía a esa chica desde que era un bebé, la había visto crecer y sobre todo era la hija de su rey, la seguramente futura reina de Talokan pero Dayami tenía un algo que simplemente le atraía quizás era su carácter salvaje e indomable. Aún así tenía que acabar aquello porque como K'uk'ulkan les descubriese iban a tener grandes problemas.

-Cállate- Dayami se recostó un poco más apoyando la cabeza en el pecho de Attuma, ambos estaban en el hogar del mayor en la cama, nuevamente la princesa había escapado con ayuda de Naab para plantarse donde Attuma y acabar como siempre que se veían en privado, en un revolcón salvaje.

-Cállame.

-Me tientas pero no como te gustaría, si no arrancándote la mandíbula- Dayami rio incorporándose un poco apoyando los brazos en el pecho de Attuma apoyando la barbilla sobre sus brazos mirándole con una sonrisita traviesa.

-Si haces eso a ver como se lo explicas a mi padre ....porque tendrías que decirle que llevamos varios meses follando- la agarró del rostro con fuerza, apretando, estaba cansado de los caprichos de la princesa pues solo se veía como eso: un capricho, un mero pasatiempo que Dayami buscaba cuando se aburría y él no era el capricho de una niña malcriada y mimada.

Pero a la vez le era imposible resistirse a esas sonrisas, a esas miradas y que Dayami era tan fuerte e independiente.

-Suéltame- ordenó, sus ojos oscuros brillaron amenazadores, no tenía el nivel de fuerza que Namor pero las gemelas tenían más de lo normal pudiendo competir en fuerza con Attuma aunque Naab rara vez se metía en un conflicto al contrario que su hermana. El hombre obedeció haciendo reír a Dayami de nuevo -Oh venga, que echemos a perder la noche por una tonta discusión.

-No es una tonta discusión- quería saber que buscaba Dayami de él más allí de simples revolcones ocasionales aunque cada vez eran más frecuentes -Si K'uk'ulkan se llega a enterar de esto a ti no te va a pasar nada más allá que un castigo leve, pero yo puedo perder mi posición, puedo perderlo todo por tus caprichos- Dayami no dijo nada simplemente rodó sobre si misma acostándose en la cama al lado de Attuma mirando el techo de la habitación.

-¿Crees que eres un capricho?

-No lo sé- un leve gruñido salió de los labios de la princesa, no quería tener esa conversación, no quería ponerle etiquetas a esa peculiar relación que tenían -Deberías irte.

-¿Quieres que me vaya?

-No- dijo tajante a lo que Dayami le miró arqueando una ceja, si quería que se quedase ¿por qué la echaba? -Pero si nos encuentran vamos a tener problemas, los dos- un nuevo gruñido salió de los labios de Dayami quien salió de la cama tomando sus ropas y empezando a vestirse.

-Mi padre te aprecia, creo que no le llegaría a molestar de enterarse- dijo sin darle oportunidad a Attuma de responder pues la joven se fue, una mala costumbre que tenía cuando se molestaba y discutía con alguien.

Maldita fuese esa chica y aquella situación a la que le arrastraba....pero no quería mantenerse alejado de ella.

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Como Dorma predijo, Dayami quiso ir a la superficie junto con Namora y Attuma y el resto de soldados que iban a ir con ellos, no tomándose muy bien la negativa de K'uk'ulkan al punto de empezar una nueva discusión casi a gritos entre ellos y cuando Naab intervino para calmar a su hermana que terminó con Dayami nuevamente yéndose de la sala del trono muy molesta.

-Padre- dijo Naab con suavidad acercándose al monarca quien estaba harto del carácter de su primogénita.

-Ahora no Naab- Naab negó con la cabeza.

-Padre sabes que Dayami es así que en un rato se le pasará. Quiere demostrar que es útil y que esta a la altura de las circunstancias....

-No defiendas a tu hermana Naab - la joven apretó suavemente los labios pero Namor finalmente suspiró - No hace falta que demuestra nada, sé vuestra valía, la de las dos aunque tu no quieras participar en conflictos- Naab le recordaba tanto a Dorma....tan pacífica y siempre intentando arreglar las situaciones entre ellos.

-Pero ella si lo cree, ¿no puede ir....?

-No Naab. Necesito que estéis aquí. Cuando traigan al científico os necesito porque confió en vosotras para que la vigiléis.




N.A. Os dije que íbamos a tener más de Attuma y Dayami, solo iba a ponerlos juntitos para conflictos pero me están gustando como quedan jajajajaja además muchos habéis pedido un poco más de estos dos así que como buena servidora vuestra que soy aquí tenéis <3. Perdón si este capítulo ha quedado un poco meh pero la universidad me tiene cansada pero tenía ganas de escribir

O C E A N PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora