"La soledad es mi tumba; la desconfianza, mi plan de salvación"
Houston, Texas
April McAllen
Cuanto tiempo soporte lo duro de la vida. Cuanto tiempo soporte lo duro de vivir.
¿Siquiera esto es vida?
Maldigo el día en que desperté adolorida en esa esquina. Soporte el hambre, la fuerte lluvia y el dolor en mi cuerpo; momentos inolvidables que experimente en mi corta vida. Ahora sólo es un mal recuerdo de mi niñez, el cual ha cambiado luego de varios años. Quizás no tomé la decisión correcta —¿y quien diablos se preocupa por eso?— aún así, si volviera en el tiempo sé que elegiría el mismo camino.
El viento entro por mi ventana alborotado las hojas del libro que trataba de leer. Ni siquiera soy consiente del tiempo que llevó sosteniendo la misma página durante casi 30 minutos. Sinceramente no me interesa leer un aburrido libro sin nada interesante que tontas reglas, esto era más un castigo que advertencia.
—Se supone que debes leerlo, ya que por eso lo tienes novata.
Por unos segundos vacile en cerrar o no el libro, y en vista de que ya estaba aburrida, aproveché la presencia de alguien a mis espaldas para cerrarlo. La primera opción fue la mejor.
—No tienes nada mejor que hacer, Claire —mi voz sonó cansada y es justamente lo que quería que notara. No soportaba que me tratara como a una principiante, esta claro que he sido mejor que ella a la hora de robar la atención de los hombres. Supongo que la envidia predomina en ella.
—Tranquila nena, no necesitas esponjarte —la rubia esta recostada sobre el marco de la puerta de mi habitación y mastica su chicle a todo volumen.
No he sido muy sociable con las demás chicas del grupo, todas suelen ser muy ambiciosas, egoístas y no era bueno confiar en ninguna, pero Claire era la peor de todas, se aprovecha por ser la consentida de la jefa, Madame Elvira, para meternos en problemas a las demás, en especial a mí.
—Sólo vete por donde viniste y busca algo más productivo en que gastar tu tiempo —la ignore por completo, lo que menos quería era que me molestara.
—Tú no me das ordenes —rió sin humor—. Sólo venía a decirte que hay un arreglo floral para ti en la sala —dicho esto reventó el globo de chicle que salía de su boca. Aquellos sonidos iban a acabar con mi paciencia, por suerte, se marchó sin decir algo más.
El silencio volvió a mi habitación. Deje el libro sobre mi cama y divague sobre lo que Claire acababa de decir.
"¿Arreglo de Flores?"
La única persona que enviaría flores a mi antiguo departamento sería... O no, debe ser una broma. No puede ser él. Cualquier chico, tras ser desechado, debería sentirse herido y humillado como para querer volver, pero esta claro que él no tiene orgullo. Fue mi error, metí la pata en mi última presa asi que las cosas no terminaron muy bien que digamos.
Saqué el móvil de mi bolsillo delantero del vaquero y busque los últimos mensajes que recibí hace unos días y los cuales ignore sin leer. Lo veía y no lo creía, no había duda de que las flores fueron enviadas por Graham Scott.
«¿Por qué no contesta mis llamadas? ¿Donde estás?»
«¿Te mudaste? Amor, estoy deseando poder verte.»
«¿Te gustaron las flores? Por favor llámame, necesitamos hablar.»
Los empalagosos mensajes casi me hacen vomitar. Es una lastima que no pueda contestarle con un dramático "Ya hemos terminado, déjame." Graham fue mi ultima presa, era muy atento conmigo, caballeroso, nunca me pidió nada a cambio de los regalos que me hacia... Era el tonto perfecto, pero me descuide.
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Fortune Hunter | Harry Styles #Wattys2016
FanfictionApril es una chica algo fría debido a su pasado. Su misión es seguir unas sencillas reglas: *Engañar, robar y estafar a jóvenes multimillonarios. Su única prohibición es «Jamás enamorarse» Pero que pasa cuando llega ese «alguien» con la capacidad de...