Fortune Hunter | Harry Styles #Wattys2016

Capítulo 3

"El temor nubla tu razón así como las pesadillas, tus sueños"

Houston, Texas

April

El sonido del regadero se escucho en todo el sótano. El llanto de una niña resonaba en el piso de arriba, aquello me ponía los pelos de punta, no quería saber la razón de sus gritos, ni la cruel tortura —que quizás— este recibiendo. Mis manos cubrieron mis oídos freneticamente, no soportaba escuchar sus gritos.

Mis mejillas sucias están empapadas en lágrimas, tenía miedo, mucho miedo. Ellos entrarían en cualquier momento a por mí.

—Ellos nos mataran... A todas —murmuro otra niña, entre sollozos. No soy la única en el sótano sin embargo eso no me tranquiliza en lo más mínimo.

"Voy a morir, voy a morir en está posilga al igual que las primeras víctimas."

Me levanté de un salto, una ligera capa de sudor cubría mi frente, mi respiración era irregular, mis manos temblaban aún sujetas a la sabana. No sé que tipo de pesadilla fue está vez, pero mi cuerpo se estremeció. Cubrí mi rostro con ambas manos tratando de alejar esos horrendos pensamiento, pero era inútil.

"Ellos habían vuelto."

Me refiero a las pesadillas. Tuve un sin fin de crisis durante mi infancia, supe controlarlos y hasta me acostumbré a ellas, pero han pasado muchos años. Creí que habían desaparecido... Hasta ahora.

Encendi la pequeña lámpara que tenía en mi mesa de noche y mire el reloj que yace en la misma, 3:10 am. Respiré pausadamente dejando salir el aire contenido.

Removi mis sábanas para ponerme de pie, me siento un poco más calmada. Dentro de mis cajones rebusque una caja desgastada que tenía mi nombre. Pase mis manos sobre la descolorida tapa, aquello me traía muchos recuerdos.

Mi infancia no fue muy feliz, quizás por eso elegí ser lo que soy ahora. No me enorgullezco de la decisión que tomé, pero tampoco me arrepiento.

Aquella caja fue lo único que conserve cuando salir del orfanato. Allí guardé mi cuaderno de dibujos, solía representar algunas escenas de mis pesadillas pero jamás logré entenderlas; también tenía algunas fotos. No hay nada más que quiera recordar de aquel lugar, salvo la única cosa que aún se mantenía intacta: el collar que llevaba en el cuello.

Mi invaluable tesoro. Un collar con una piedra color turquesa en el centro y el cual guardaba dos pequeñas fotos en su interior junto con mi nombre grabado. Si bien no recordaba mi nombre, aquel collar me ayudó en el orfanato.

— ¿Aún estas despierta? —unos leves toques en mi puerta me propiciaron un buen susto. Mi corazón late con fuerza, pero soy consiente de que el pestillo está puesto.

—No te preocupes Camila, ya estaba por acostarme —le respondi y me asegure de que se fuera antes de relajarme por completo.

Guardé la desgastada caja que contenía mis memorias. Madame Elvira nos advirtió que cualquiera que sea nuestro pasado debíamos sepultarlo bajo tierra, ella no quería que cometieramos errores por tontos sentimientos del pasado; no obstante, esa es una regla que no cumplo del todo.

Mi pasado era un acertijo lleno de misterios y enigmas, ni siquiera recordaba la vida que tenía antes del orfanato y eso me daba motivos para pensar aún más en ello, ya que debido a lo que haya pasado en ese tiempo, mi vida cambio.

Regrese a mi cama y me cubri con las sábanas, había logrado alejar el recuerdo de mi pesadilla por unos instantes pero eso no me hacia sentir tranquila.