Capítulo 5.

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El más alto lo tenía confundido, había pasado apenas una semana desde la llegada del híbrido a la vida de Mingi, era extraña, muy rara y a veces incomoda la situación que los rodeaba, eso pensaba el rubio, aunque mucho se eso al conejito le parecía tierno y no iba a mentir; raro.

Su dueño temporal había estado dejándolo bajo el cuidado del precioso veterinario que tenía como amigo aunque eso no le encantaba demasiado al rubio cuando llegaba a recoger al conejito y este lloriqueaba por querer quedarse aunque sea un día a dormir, el mal humor del más alto llegaba apenas el menor hacía amago de querer a otro más que a él, incluso cuando no lo había visto en todo el día por las ocupaciones del mayor.

Para Seonghwa era demasiado extraño el rubio, no entendía porque lo trataba de una manera y luego cambiaba de un momento a otro, como en las noches cuando jalaba al pelirrosa para pegarlo a su cuerpo lo más que podía incluso cuando el híbrido se negaba o estaba molesto, Mingi insistía que debían cuidar sus hormonas, no estaba muy seguro si Mingi ayudaba a calmar más que a alterar sus hormonas entre tantos toqueteos que le daba, estaba seguro que no era apropósito porque el rubio ni si quiera era gay y además ni si quiera lo consideraba suyo.

Pero tomando en cuenta que a Seonghwa le encantaba dormir sin bóxer en alguna camisa o playera grande de su dueño y que el rubio durmiera solo en bóxer o con pantalón de pijama demasiado delgado como para darse cuenta que no usaba ese día bóxer, bueno, sus hormonas no estaban exactamente calmadas.

Y la confusión nacía cada día por la mañana cuando los cambios de humor comenzaba a marear al hibrido, por lo regular despertaba primero porque su pequeña vegija lo traicionaba y necesitaba ir a orinar rutinariamente, pero se veía casi todos los días imposible la tarea ya que el rubio lo tenía encerrado con los brazos o con su propio cuerpo encima suyo, y cuando Mingi despertaba actuaba un poco asqueado molesto e indiferente.

Como si el mismo no hubiera jalado de la cadera al hibrido hasta que sus genitales quedaban bien enterrados por debajo de la cola del pelirrosa.

Era tan extraño, se sentía intimidado cuando el otro entraba hasta la regadera para bañarse aún cuando el conejito seguía sentado en la taza del baño y el asunto es que Mingi no tenía pudor ni para cerrar el cancel de la regadera, quedando a la altura de ver sus genitales si giraba un poco la cabeza a su lado izquierdo.

Seonghwa se aseaba rápidamente con pena que el mayor ignoraba y cuando ya se había lavado las manos el rubio lo detenía llamándolo para que se metiera a bañar con el de una vez para terminar más rápido, se había hecho costumbre ya que Mingi lavara bien su cabeza cuidando de sus orejas y que ni fuera entrarle nada por ahí para evitar una infección y después comenzaba a enjabonarlo con las manos, porque si, Mingi no se había dado la tarea de comprarle una esponja propia.

La realidad oculta es que Yeosang ya le había entregado una para que pudiera bañarlo, pero Mingi no la había sacado ignorandola, y el pequeño híbrido que soltaba jadeos de vez en vez fingía no saber que Yeosang le había hecho elegir su propia esponja para entregársela a su dueño.

🐰¡Little Bunny!🐰 [MinHwa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora