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Saera despertaba después de una larga noche

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Saera despertaba después de una larga noche. El dolor de cabeza apareció en cuanto despertó, otra vez esa sensación. Ese vacío en su pecho. No sabía qué era el causante de estas sensaciones. Su mano derecha se poso en su cabeza intentando masajear la zona. Mientras lo hacía sus ojos giraron en dirección del espejo en su habitación. Su mente hizo "click". El dolor de cabeza, el vacío en el pecho, todas las sensaciones volviendo a su cuerpo. Era ese sueño otra vez. La estaba atormentando.

Estaba cansada de pensar en su pesadilla, no le hacía bien. Siempre que pensaba en ella intentaba pensar en otra cosa, aunque no siempre funcionaba. Siempre que volvía a recordar ese sueño su cabeza le dolía, su estómago se revolvía y el nudo en su garganta volvía. Estaba harta de eso. Trato de ignorarlo para seguir con su día. Enfoco su mente en otra cosa.
Se levantó de su cama y camino hasta su armario. Busco las prendas que solía usar cuando entrenaba y se vistió con ellas. Se hizo un peinado simple con tres trenzas para mantener el pelo fuera de su cara.

Cuando ya estaba lista decidió salir de su habitación para buscar a Brandon, hacia tiempo que no lo veía y quería hablar con él. Camino por un tiempo buscando la habitación del Stark. Puerta que golpeaba, habitación en el que el no estaba. Los recuerdos de su pesadilla la estaban volviendo loca. Hasta que al fin lo encontró. Brandon estaba saliendo de su habitación.

-- Buenos días, Bran. Saludo con una sonrisa.

-- Buenos días princesa. También respondió con una sonrisa. -- ¿Cómo ha estado?.

-- Bien, gracias. Sonrió de nuevo. ¿Y usted?.

-- He estado mejor, pero estoy bien. Respondió Bran tratando de restarle importancia.

-- ¿Ha desayunado Stark?. Preguntó Saera cambiando de tema.

-- Aun no, mi princesa. Respondió sincero, su estómago estaba haciendo ruidos extraños.

-- ¿Quiere desayunar conmigo en el jardín?. Preguntó Saera tratando de animarlo.

-- Claro princesa. Sería honrado de tomar el té con usted. Tomó la mano de Saera y deposito un suave beso.

Empezaron a caminar en dirección al jardín. Cuando se encontraron con uno de los sirvientes Saera le pidió amablemente un desayuno para ambos.

En el camino hablaron de muchas cosas, no muy importantes por supuesto. Pero Saera aun quería averiguar qué pasaba con el Stark y por qué estaba triste.

Cuando llegaron el desayuno estaba servido en una de las mesas del jardín. Té de hiervas, frutas, dulces panes. Todo era delicioso y ambos estaban hambrientos. Se sentaron a comer y Saera pensó que era el momento ideal para comentarle a Bran su pregunta.

-- Si deja que me entrometa... Bran asintió. -- ¿Por qué dice que ha estado mejor?. Preguntó Saera con confusión.

-- Me gustó mucho la capital. La cultura, los paisajes, las personas. Hizo un énfasis en lo último. -- Todos fueron amables conmigo y mi familia. Explicó Bran.

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