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Saera caminaba por el castillo dirigiéndose al salón donde se concretaría la cena familiar

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Saera caminaba por el castillo dirigiéndose al salón donde se concretaría la cena familiar.

De camino allí escuchó pasos detrás suyo, pisadas rápidas y fuertes, como si se tratara de un hombre. Saera desconfiaba de todos en el castillo, incluso hasta de su propia sombra. La princesa era odiada y amada, tenía enemigos que querían verla muerta, hace muchos años había dejado de confiar en la gente. Al escuchar este sonido saco su daga de uno de los dobleces de la falda de su vestido y giró en la dirección de donde venía el sonido, apuntando hacia la garganta del hombre que la perseguía. Al levantar su mirada y ver quien era el misterioso hombre que la seguía sonrió.

-- ¿Se puede saber por qué me estas siguiendo?. Preguntó con una sonrisa, sacando la daga del cuello del muchacho.

-- Solo quería verla princesa, mis disculpas, mi intención no era asustarla. Dijo el hombre bajando su cabeza.

-- ¿Qué es tan urgente que me tenias que seguir, Bran?. Si quieres pasar tiempo conmigo solo pídelo. Dijo Saera.

-- Lo siento princesa, y si quiero pasar tiempo con usted. Respondió el Stark sonriendo. -- Puedo acompañarla si gusta princesa. Dijo ofreciéndole su brazo para empezar a caminar juntos, el cual Saera acepto.

-- ¿Podemos hablar de como casi me mata princesa?. Preguntó riendo Brandon.

-- Tu eras el que me estaba persiguiendo, además no soy una santa, tengo enemigos que quieren matarme, quizás tu eras uno de ellos. Dijo restándole importancia.

-- Yo jamás trataría de matarla princesa. Dijo mirándola a los ojos.

-- Eso espero Bran. Dijo guiñándole un ojo y sonriendo, para luego seguir caminando. -- Llegamos, es aquí. Dijo saltándose de su agarre.

-- Bueno, aquí es donde me voy. Que tenga una hermosa noche, princesa, adiós. Dijo para luego seguir con su camino, Saera solo le sonrío.

Entro al salón y estaba toda su familia reunida menos su padre, supuso que el llegaría después de todos al ser el rey. Camino hasta la mesa y saludo a todos, cuando llegó el momento de saludar a su abuelo, la mano del rey, este hizo una mueca de disgusto y enojo, Saera sonrió por eso. Sabia que su abuelo se enojaría por la elección de su vestido pero no le importaba.

-- ¿Qué haces con ese vestido puesto? Te deje uno verde en tus aposentos. Preguntó con enojo.

-- Preferí usar este, abuelo. Respondió Saera y fue a saludar al resto de su familia.

Cuando terminó se sentó en el medio de la mesa, quedando enfrentada con su madre y su media hermana, Rhaenyra, además a su lado izquierdo estaba su hermano Aegon y a su derecha estaba su sobrino Jacaerys.

Luego de un tiempo las puertas se abrieron y Saera se levantó.
Cuatro guardias llevaban a su padre en un sillón, debido a su enfermedad. Saera al ver a su padre en ese estado se entristeció mucho, a su padre no le quedaba mucho tiempo. Después de que los guardias acomodaran al rey todos se sentaron.

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