Muérdeme •Creek• (Traducción)

{Seis}

Aproximadamente un mes después del error que cometí en la secundaria con Tweek, Tolkien y Clyde intentaron que nos reconciliáramos tendiendo una trampa similar, excepto que en ese entonces lo hicieron para que todos estuviéramos pasando el rato en el centro comercial. Como esa vez, no me había dado cuenta de que Tweek también nos acompañaría, así que fue una gran sorpresa cuando lo vi. Tuve un ataque de ira donde terminé mandando todo y a todos a las mierda, y me fui directamente a casa. Ahora, esas mismas emociones estaban comenzando a brotar dentro de mí.

Los gritos impíos de Clyde interrumpieron mis pensamientos y lo miré. Parece que debido a mi distracción con Tweek, terminó ganando el juego, por lo que no debería estar feliz ya que literalmente no tuve que hacer nada para que así me ganara, pero como sea.

—¡Viejo! —Tweek exclamó, obviamente le tomó por sorpresa verme allí también. Se volteó hacia Tolkien— ¡ACK! Pensé que dijiste solo nosotros, chicos...

—Craig también es un chico—, respondió Tolkien encogiéndose de hombros, arrojándome una bolsa de papas fritas y una botella de agua.

—¡Sí! ¡Van a hacer las paces, les guste o no! —Clyde dijo después de dar un gran mordisco al burrito que Tolkien había calentado para él.

—Pensé que ya habíamos terminado con esto—, intervine, poniéndome de pie y preparándome para irme.

—¡No! —Clyde exclamó, poniéndose de pie de un salto. Tolkien suspiró.

—Mira, Clyde y yo hemos visto cómo tratan de odiarse durante años y nunca funciona—, intentó explicar Tolkien. —Todos sabemos que Craig es un imbécil y se equivoca, Tweek.

—¡Sí, deja de ser tan idiota! —gritó Clyde. Le mostré el dedo, lo que hizo que hiciera un puchero y se volteara.

Tweek estaba inquieto y nervioso en la esquina de la habitación y lo observé mientras se miraba los pies. Parecía que estaba a punto de llorar, pero tal vez ya estaba llorando, realmente no podía ver su rostro. Regresé mi atención a Tolkien, que estaba poniendo los ojos en blanco hacia Clyde.

—Craig, ¿no crees que Tweek merece una explicación? —Tolkien dijo finalmente.

—No es asunto tuyo—, le dije a Tolkien antes de agarrar mis cosas y dirigirme hacia la puerta.

—¡Es asunto de Tweek! —Clyde interrumpió. Me detuve y miré hacia la puerta, sin saber qué decir. Por mucho que odiara admitirlo, Clyde tenía razón. Era asunto de Tweek porque lo involucra de todas las formas posibles.

—Tweek, ¿quieres algo de comer o beber? —preguntó Tolkien después de un momento de silencio.

—Ugh, tomaré ca-café... —murmuró Tweek.

—Vamos, Clyde—, dijo Tolkien mientras se dirigía hacia la puerta para poder ir a buscar el café a Tweek.

—¡Qué! ¡No se necesitan dos personas para hacer café!—Él se quejó. Tolkien lo miró, lo que resultó en un suspiro dramático de Clyde y después de un momento de discusiones silenciosas, pasaron junto a mí y salieron de la habitación.

Arrojando mis pertenencias al suelo, me giré para mirar a Tweek. Ahora, estaba de pie junto a la ventana abierta, mirando las calles con incomodidad. Parecía que estaba debatiendo si saltar o no al rosal de abajo en un intento de suicidarse.

Un pequeño suspiro escapó de mis labios cuando no dijo nada y me senté en la cama de Token, mirando la pantalla de televisión que me decía que seleccionara mi personaje. Miré a Tweek y luego de nuevo a la televisión.

—Ven aquí—, dije, levantando mi control y hojeando los personajes. Tweek se sentó a regañadientes a mi lado y le entregué el otro control.

Entonces, en silencio, los dos comenzamos a golpearnos; en el videojuego, por supuesto. Me recordó a la escuela primaria cuando Cartman y ellos nos hicieron pelear. Realmente no nos conocíamos muy bien, pero esa noche en el hospital fue cuando llegamos a conocernos un poco. Fue agradable. Es extraño pensar en cómo, si no fuera por Cartman, Tweek y yo nunca nos hubiéramos acercado tanto. Tal vez hubiera sido mejor así, entonces no estaríamos en este lío.