1: ¿Ɯнσ?

62 3 0
                                    

Cafe MIROH


–Bienvenido a Cafe MIROH —seguí limpiando una taza para el siguiente cliente cuando alcé la mirada y me encontré con un joven visiblemente aturdido.

Me acerqué al cajero para atenderlo, pero su mirada me incomodaba. Parecía estar cargando con una profunda tristeza o angustia; no podía discernir con certeza cuál de las dos, pero era evidente que no estaba feliz.

–¿Cómo puedo ayudarle? —pregunté con amabilidad, intentando disipar la tensión en el ambiente.

De repente, el joven pareció decepcionado, como si esperara algo más de mí, pero ¿qué podía ser? Me intrigaba.

–Oh, mmm, ¿Hey? —trató de forzar una sonrisa, pero más bien se convirtió en una mueca nerviosa.

–Uh, ¿Hey? —le seguí el juego, aunque con cierta duda, porque me parecía que de alguna manera me conocía.

Abrió la boca para hablar, pero luego se detuvo, apartando finalmente la mirada de la mía. En su rostro, era evidente lo afligido que se sentía.

–Hey —intentó decir algo, pero las palabras parecían atrapadas en su garganta.

Observé con compasión su expresión, tratando de entender qué lo atormentaba y si yo tenía algo que ver con ello.

La expresión en su rostro...

–¿Qué te sirvo hoy? —pregunté, tratando de disipar la incomodidad que se palpaba en el ambiente.

–Un americano, por favor, con un toque de hazelnut —respondió en voz baja, su semblante aún mostrando esa extraña mezcla de tristeza y angustia.

–¿Helado? ¿Para tomar aquí? —intuí que tal vez necesitaba un momento para reflexionar o simplemente para estar solo.

–Sí —fue su única respuesta.

–Tome asiento, se lo llevaremos enseguida —le indiqué con amabilidad, deseando que aquel gesto pudiera reconfortarlo de alguna manera.

Se alejó en silencio, llevándose consigo esa extraña sensación que había invadido el ambiente. No pude evitar sentirme mal por él, como si mi falta de reconocimiento o alguna otra cosa hubiera contribuido a su estado de ánimo.

En ese momento, mi compañera de trabajo, Nayeon, se acercó con una cara de confusión más evidente que la mía, ya que siempre había sido más expresiva en ese sentido.

–Oye, Felix ¿Qué fue todo eso? —preguntó intrigada.

–No lo sé, parecía como si me conociera, pero no tengo idea de quién era —respondí sinceramente, incapaz de ocultar mi propia perplejidad.

–¡Aash! ¡¿Qué si era un completo psicópata?! —exclamó, dejando volar su imaginación.

–Tú y tu loca imaginación, noona —reí, tratando de aligerar el ambiente mientras tomaba nota de la orden del joven para preparar el americano con hazelnut.

Nayeon siguió trabajando en el cajero mientras yo me acerqué al chico con su orden. Pude notar que estaba visiblemente afectado, sollozando y ocultando su rostro con las manos. Coloqué el café en la mesa y saqué un pañuelo de mi bolsillo, dejándolo junto a su bebida fría, en un intento de ofrecerle algo de consuelo sin invadir su espacio.

–Oh, um, gracias —tomó el pañuelo con cuidado y secó sus ojos, mientras yo me limité a asentir y me retiré para respetar su privacidad.

Pero antes de que pudiera alejarme completamente, escuché su voz tras de mí.

A Trᥲᥴᥱ Of Yoᥙ ➤ HყᥙᥒᥣιxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora