🤎 CAPÍTULO UNO

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— Hola y adiós hermana —

— Hola y adiós hermana —

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PASADO

TERCERA PERSONA

La vida en Perú fue linda, mientras Eira disfrutaba y conocía su país natal.

Lamentablemente, sus vacaciones duraron solo dos años antes de volver a la central de Canadá, donde reiteró su aprendizaje sobre que la vida podía ser bonita y buena si se enfocaba solo en ella.

Su niñez fue en Londres, gracias a sus padres, pero ellos habían muerto cinco años después de llegar a Londres, dejando establecida a Eira como soldado a su corta edad.

La acogió la misma FEMF porque al ser partícipe a su corta edad le daba cierto beneficio, además de que sus padres eran amigos de Olimpia, la que en la actualidad es la viceministra de la FEMF.

Olimpia quería a Eira como una hija, ya que la crio y veló por ella, pero siempre lo hacía desde la sombra, siempre con la intención de que ella no se entere.

Cuando tuvo diez años fue la primera vez que le rompieron el corazón, nada más y nada menos que el hijo del ahora ministro.

Pero ella se había ilusionado sola, por lo que el rechazo había llegado solo.

Alex Morgan era el padre de Christopher Morgan, pero Eira no era consciente de eso a su corta edad. Se había "enamorado" del gris de los ojos de él, apenas lo vio.

Lamentable fue su terror al volver a la realidad y ver que ninguna mirada que él daba era para ella.

Donde la única rechazada del grado en general era ella, cuando todos los chicos se alejaban, la evitaban o simplemente hacían como si ella no existiera (la rechazaban), recibía todo tipo de rechazo desde un "Lo siento, pero no me gustas Eira" hasta una simple mirada despectiva que la hacía encogerse en su lugar.

A los quince años llegó llorando hasta la secretaria de Olimpia, sin esperar entró hecha polvo para arrodillarse frente a la rubia pidiéndole ser transferida, porque no soportaba estar en Londres, necesitaba irse de ese lugar.

La preocupación de Olimpia se hizo visible para ella una milésima de segundo, que pasó desapercibida por el fuerte sollozo que soltaba Eira.

— Por favor, juro no molestarla nunca, pero déjeme transferirme — rogó la castaña.

El corazón de la secretaría de Olimpia (Katherine) y la misma Olimpia se hizo pequeño al escuchar sus ruegos. La secretaría sabía cuánto amor tenía Olimpia por Eira, pero por motivos personales no lo demostraba.

Uno de los factores era estar en la FEMF te traía consigo muchos enemigos.

— Párate Eira — ordenó Olimpia — Deja de llorar.

YOURSELF | CANCELADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora