Te he amado desde las sombras, esperando el momento en que me mires y te des cuenta que me amas tanto como yo lo hago. Aunque no creo poder esperar más, me estoy cansando de esperar.
Él no te ama, no te mira y no se da cuenta de lo espectacular que...
—¿Para qué son estas armas?—pregunta Yoko tomando una flecha, la cual suelta al instante gracias a que quema su mano.
—Lo mejor será que no toques nada, no queremos que te has daño—Beck la toma por los hombros sentándola en su cama—. Te explicaremos todo—le asegura al ver como la vampiresa los miraba fijamente esperando respuestas.
—Somos unos híbridos, mitad licántropos, mitad Banshee.
—¿Las Banshee son las mujeres que gritan?—pregunta Yoko tratando de recordar a aquellos seres.
—Sí—responde Beck.
—Como te decía—comenta Asher levemente irritado por ser interrumpido—. Unos cazadores que han perseguido gran parte de la vida a nuestra familia trata de darnos caza al ser seres sobrenaturales diferentes.
—Entiendo, por eso las armas para protegerse.
—No solo a nosotros, a toda la escuela en general—comenta Beck.
—¿Todos estamos en peligro?—se asusta al ver como los mellizos asienten con la cabeza.
—La escuela prácticamente es un nido de seres sobre naturales, creemos que atacarán muy pronto.
—¿Qué hay de la convención?
Los Hale se miran alarmados, no habían pensado en ello. Necesitaban de Xavier, pero ahora el esta enojado con ellos.
—Yoko, ¿eres amiga de Xavier?—mencionan al unisonó colocándose a los lados de la chica con una sonrisa inocente, pero con doble intención.
La vampira los ve con una ceja alzada, sonríe divertida al comprender aquella sonrisa inocente.
—¿Qué es lo que quieren que haga por ustedes?
Los mellizos sonríen satisfechos de que la vampira entendiera sus intenciones.
—Necesitamos que nos informes si es que Xavier realiza una nueva pintura.
Yoko piensa unos segundos su petición, le parecía un poco difícil cumplirla ya que el Thorpe no suele hablar de sus pinturas, pero si que le comentaba a alguien cada que pintaba y esa era su novia.
—Téngalo hecho, yo me encargo de informarles.
—Gracias.
—Deberían dormir, ya es tarde—se levanta de la cama dirigiéndose a la puerta—. Descansen, pequeñas travesuras—se retira del lugar.
—¿Pequeñas travesuras?—se preguntan los mellizos entre sí—. Me gusta—afirman con la cabeza de acuerdo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
