Banshee || Xavier Thorpe y Ajax Petropolus

Capítulo 15

Primer Acto || Parte Quince

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Justo en ese momento, el sonido de pasos suaves se escuchó detrás de la puerta de su habitación. Ambos mellizos, alertas por el posible peligro, se pusieron de pie en un instante. La puerta se abrió lentamente, y Yoko asomó la cabeza, con una expresión que mezclaba nerviosismo y determinación.

—¿Interrumpo algo importante? —preguntó en un susurro.

—Depende —respondió Asher, entrecerrando los ojos mientras trataba de detectar algún motivo oculto—. ¿Necesitas algo?

—Quiero ayudar en serio —dijo Yoko, entrando en la habitación y cerrando la puerta tras de sí—. Sé que ustedes tienen sus... lazos especiales con algunas personas aquí, pero para mí, esta es mi familia. No me importa el peligro. Si los Calavera atacan, no me voy a quedar al margen.

Beck soltó un suspiro y cruzó los brazos, mirando a Yoko con seriedad.

—Lo entendemos, Yoko. Pero ¿sabes en lo que te estás metiendo? Los Calavera son despiadados, y no dudarán en usar cualquier ventaja. Si nos ven vulnerables, atacarán con todo. No podemos arriesgar nuestras vidas y las de quienes queremos, sin estar seguros de que todos sepan lo que esto significa.

Asher asintió, apoyando la postura de su hermana. Sin embargo, podía notar el fuego en los ojos de Yoko, y eso lo hacía dudar.

—No soy tan frágil como piensan —contestó Yoko, con una sonrisa desafiante—. Además, no soy la única que quiere ayudar. Bianca y algunos otros están listos para defender la academia. No es solo su guerra. Es nuestra.

—¿Les contaste a todos?—preguntan los mellizos alarmados.

—Como dije, es nuestra guerra. Esta es nuestra academia, nuestro hogar y sabía que no se quedarían con los brazos cruzados.

Asher y Beck intercambiaron miradas. La determinación de Yoko era innegable, y aunque querían mantenerla segura, comprendían que subestimarla sería un error.

—De acuerdo —respondió Beck tras unos segundos—. Ayudarás, pero bajo nuestras condiciones. Te haremos parte del plan y te mantendremos informada de cada movimiento... siempre y cuando jures que seguirás cada instrucción. No queremos que nadie actúe por cuenta propia.

Yoko asintió de inmediato.

—Lo juro. Aunque —hizo una pausa, inclinándose ligeramente hacia ellos—. ¿Van a contarle a Ajax sobre su vínculo especial?

El rostro de los mellizos se tensó. La pregunta era directa y sin duda incómoda, pero Yoko la había planteado con una mezcla de curiosidad y genuina preocupación.

—Eventualmente lo haremos —murmuró Asher, casi como si estuviera admitiendo algo a regañadientes—. Solo queremos asegurarnos de que el momento sea el adecuado...

—Ese momento es ahora, o nunca. Ajax y los demás son parte de esta lucha, y merecen saber lo que representan para ustedes. Solo así podrán pelear sabiendo todo lo que está en juego —dijo Yoko, con una sonrisa amable pero firme—. Quizás eso les dé la fuerza que necesitan cuando la situación se complique.

El peso de sus palabras quedó flotando en el aire. Ambos mellizos, con sus pensamientos ahora centrados en la importancia de sus conexiones con los demás, sintieron que el momento de sincerarse se acercaba. La batalla que se avecinaba requeriría de cada fragmento de fuerza y de cada vínculo que pudieran fortalecer.

Tomaron la decisión de hablar con Ajax cuando las trampas y toda la escuela se encuentre preparada para el ataque, y el tiempo que tenían era limitado.