La respiración del más bajo era irregular y su corazón latía desbocado, no tenía miedo, todo era por lo que el defensor le hacía sentir, por dónde pasase sus manos el cuerpo de Gómez ardía.
No tenía más paciencia.. pero sí tenía vergüenza, vergüenza de pedirle que deje los juegos previos, que deje de morder y de succionar su piel, que lo ponga en cuatro y se la meta de una vez.
Pero cada que quería hablar terminaba en un gemido que avivaba más al defensor quien estaba totalmente nervioso, no quería lastimarlo.
Se traumó un poco.
Sentía que tenía que prepararlo lo mejor que podía y después de dejar suficientes marcas en la piel de su compañero se dedicó a bajarle los pantalones para así notar el evidente bulto en los bóxers de Gómez.
Bajó y dejó un beso sobre la tela que hizo al menor morderse los labios para no maldecir, eso causó excitación en el mayor, y queriendo escuchar a su amigo retiró el boxer para darle una lamida al glande.
—¡Ahh, Nico! —soltó Alejandro.
A Nicolás aquello le fascinó y aunque no tenía ni la más mínima experiencia haciendo petes, dió lo mejor de sí para seguir escuchando a Alejandro.
Comenzó chupando la punta y siguió con lo demás abriendo lo más que pudo su garganta para después ir succionando.. pero se acordó de los petes que le hacían, no era todo chupar, era incómodo, entonces comenzó a mover la lengua.
Alejandro no daba más y le hizo una seña al mayor cuando sus miradas se cruzaron. Otamendi entendió y se separó dejando un último beso.
Era su turno de sacarse el short, Alejandro no estaba nada nervioso, pero cuando vió el miembro del mayor su respiración se hizo irregular, su miembro estaba bastante bien, aproximadamente dieciséis centímetros.. ¡pero esa cosa superaba los veinte!
Lo iba a romper y no metafóricamente.
Pero ya entró una vez, le pedía a todos los dioses que por favor no doliera.
—Te juro que voy a hacer todo lo posible para que lo disfrutes —prometió el mayor.
Toda preocupación desapareció, como arte de magia. Otamendi encontró un lubricante y después de empapar bien sus dedos los dirigió a la entrada del menor.
—Relájate —le dijo.
Claro, a vos no te están por meter un palo de más de veinte centímetros por el culo pue.
Respiró profundo y sintió el primer dedo entrar, pero en vez de sentir rechazo o incomodidad sintió algo diferente, no sabía explicarlo bien.
Fue agregando los dedos de a uno, se tomaba su tiempo cada vez que introducía uno nuevo, estaba siendo lo más cuidadoso posible y eso desesperaba al menor.
Estaba a punto de quejarse pero en cambio soltó un alto gemido que causó una gran sonrisa en el mayor, había tocado ese punto dentro del menor.
Nicolás ya no podía aguantar más, acercó su rostro al del menor y comenzó un beso suave e intenso, quería distraerlo.
Alineó su pene en la entrada de Alejandro y comenzó a introducirse. Sintió como el manor clavaba sus uñas en su espalda y eso lo incentivó a ir más allá.
Alejandro sentía que no terminaba de entrar nunca, pero le encantaba, cada sensación era una más placentera que la otra, sentía que no iba a olvidarse de ese día jamás.
Y por la mirada llena de deseo que le dió el mayor, supo que estaba en lo cierto.
Hasta dejarlo sin poder sentarse no paraba.
mí primera vez escribiendo porno no puedo creerlo AAAAA
yo sé que esperaban más, pero soy un poco tonta
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No Es Mutuo //El Papu & Otamendi//
FanfictionEl Papu piensa que el odio que le tiene a Nicolás es mutuo, pero en realidad, eso nunca fue así.