Doppelgänger/Jenlisa(G!P)

D‐10

Pov. Narrador

Jennie estudió a la mujer pelinegra en su porche.

Ahora era Lisa; ella estaba segura de eso.

Casi positivo.

Había sido engañada momentáneamente una vez esa noche.

-Lisa este es mi amigo, Jung‐jae... El Dr. Lee Jungjae y su mascota Luna. Jungjae, esta es la paciente de la que te hablé.

Lisa se estremeció ante sus palabras y se dio cuenta de que debía sentirse extremadamente vulnerable, y expuesta.

-¿Por qué no entramos todos?-invitó Jennie-Tomamos una poco de té y nos conocemos.

Jungjae y Lisa asintieron, aunque sentí renuencia por parte de Lisa.

Jungjae sin embargo, era como un caballo de carreras en la puerta.

Cuando Jennie fue a hablar con él después de que Priya se fue, en lugar de estar molesto porque ella perturbó su descanso, estaba intrigado por la complejidad del caso de Lisa, las muchas preguntas sin respuesta.

Entró con Lisa y Jungjae, y Luna los siguió de cerca.

Kuma los recibió en la puerta, corriendo por la alfombra del área y moviendo la cola extáticamente en patrones irregulares, saludando a los cuatro recién llegados por turno, incluida su amiga Luna.

Estaba fascinado con la recién llegada, acercándose a ella como si fuera su nueva mejor amiga... completamente diferente a su comportamiento anterior, cuando Lisa había estado en la puerta como Priya.

Con una sonrisa, Lisa se agachó para acariciarla.

-Creo que le agrado.

Estudió el rostro de Lisa y la reacción de Kuma, alli supo con certeza que era Lisa, no Priya.

-Sí-dijo lentamente, observando a Jung‐jae en busca de alguna pista de lo que podría estar pensando-Lo hace. Pero no le gustaba, Priya. Le gruñó las dos veces que estuvo aquí, trató de lanzarse fuera de mis brazos y atacarla esta noche. Tenías razón. Priya, estuvo aquí esta noche y me asustó.

Lisa se enderezó, la desesperación en su mirada oscura y miró a Jennie, y a Jung‐jae.

-Puedes confiar en Jung‐jae. Necesitas confiar en él.

Lisa apretó los labios y sacudió la cabeza.

-Priya. Ese es su nombre ¿No? En mi sueño la llamaste así y ella se sobresaltó. Se preguntó cómo lo sabías.

-Sí, eso es lo que pasó-sus labios se sintieron rígidos, cuando verificó que Lisa había sido la mujer en su puerta.

-Siéntate e iré por un poco de té helado-indicó el mullido sofá gris con pequeñas flores de color rosa pálido, que hacían juego con las flores más grandes de la alfombra.

No era exactamente un entorno profesional, pero no estaba acostumbrada a ver pacientes en su casa.

Lisa se movió hacia el sofá y Jennie se fue a la cocina, escapando por un momento, hasta que pudo recuperar la compostura.

Esa noche fue su primera experiencia con una paciente con el trastorno disociativo de personalidad.

Era espeluznante estar asustada por una paciente y luego atraída por ella en la misma noche.

Traer a Jung‐jae, al caso definitivamente había sido lo correcto.

No solo necesitaba su experiencia, sino que con otro médico presente, tendría que ser estrictamente profesional.