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Pov. Narrador

Al día siguiente Jennie sintió una sensación de alivio al ver salir su cita de las once.

Toda la mañana tuvo problemas para concentrarse en su trabajo, en lo que le decían sus pacientes.

Después de su perturbador sueño, Lisa parecía estar llenando todos los espacios de su mente.

Gracias a Dios que era viernes y la mitad del día había terminado.

Le vendría bien el respiro de la hora del almuerzo.

Cuando la puerta exterior se cerró detrás de su paciente, Sarah desde su escritorio le dijo:

-Voy a almorzar ahora ¿De acuerdo?

-Claro. Creo que haré lo mismo.

Sarah arrojó la correa de su bolso sobre su hombro y luego se detuvo, indicando los correos que debía revisar.

-Tal vez quieras revisar estos. Hay uno del banco. Llamaron para decirnos que el cheque de Lisa Manoban, rebotó.

-¿Qué?

Jennie caminó hacia el escritorio y recogió la pila de recibos rosas, hojeando rápidamente el de su banco.

-Debe haber algún error. Tal vez, escribió accidentalmente en una cuenta cerrada.

-No. Fondos insuficientes. Ya pregunté-Sarah caminó alrededor de su escritorio hacia la puerta-Le haces un favor a alguien y mira lo que obtienes.

"No" pensó.

No podía estar equivocada.

Eso sería una traición a su confianza y Lisa nunca haría eso.

Empezó a regresar a su oficina y luego se detuvo en la puerta, cuando la importancia de su reacción la golpeó.

De una manera muy oscura, era casi cómico.

Podría verse obligada a admitir que Lisa tenía una personalidad fragmentada, pero no podía creer que iba a escribir un cheque sin fondos.

Se hundió en su silla, obligándose a mirar detenidamente su propia evaluación.

Lisa podría tener una personalidad acechando en lo más profundo de su ser que quería asesinarla y podía aceptarlo, pero no podía creer que la traicionaría extendiendo un cheque sin fondos.

Si había algo malo en esta situación, era su propia lógica.

Tenía tantas ganas de confiar en Lisa, que había perdido por completo su objetividad.

Se dirigía a un territorio precario.

Lo más inteligente sería evitar el contacto con Lisa, tanto como sea posible.

Debería devolverle el cheque a Sarah y dejar que ella se encargue de él.

Esa era la forma en que normalmente manejaba los problemas administrativos.

Pero ella no hizo eso.

Encontró la tarjeta de presentación de Lisa y la llamó, aliviada cuando la recepcionista la comunicó.

Si hubiera estado en el almuerzo, habría tenido tiempo para reflexionar sobre su juicio, tal vez para hacer lo más sensato y no llamarla.

-Lisa, te habla Jennie.

-¿Qué está pasando?

No le dio tiempo a conversaciones ociosas o a intercambios amistosos.

-El Banco devolvió el cheque que me escribiste el lunes.

Doppelgänger/Jenlisa(G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora