Doppelgänger/Jenlisa(G!P)

D‐13

Pov. Jennie

Me eché hacia atrás, como si Lisa me hubiera dado un puñetazo.

"¡Lo encontramos!"

El momento en que las personalidades se separaron.

Miré a Jung‐jae.

Incluso como la profesional que sabía que era, mi expresión era triste, dolida por la niña pequeña y la mujer adulta, que no había podido soportar el dolor de ver morir a sus padres.

–¿Qué está haciendo Priya?

–Durmiendo. A ella le duele... Oh, a Priya le duele mucho–Lisa se retorció en la silla de gran tamaño, como si el dolor fuera suyo.

Y por supuesto, lo fue.

–Si Priya, está durmiendo ¿Cómo sabes que le duele?

–Siento, cuando a Priya le duele.

–Y ella lo siente, cuando te duele.

Hice la angustiosa evaluación, esperé una respuesta y luego, cuando no llegó, me di cuenta de que no había hecho ninguna pregunta.

–¿Priya siente, cuando te duele?

Sabía la respuesta antes de que llegara.

–Sí.

–¿Puedo hablar con Priya?

–No.

–¿Por qué no?

–Ella está durmiendo–Lisa se retorcía en la silla, empujando las ataduras imaginarias, cada vez más agitada.

Esa era sin duda la fuente de su claustrofobia.

Atrapada en un asiento infantil dentro de un coche destrozado, mientras sus padres morían ante sus ojos.

Lisa tuvo suficiente para una sesión.

–Está bien, Lisa. Estamos avanzando en el tiempo. Ahora tienes cuatro años. Cinco. Diez. Veinte. Treinta. Todo el camino de regreso al presente–Lisa pareció envejecer ante sus ojos, la mandíbula de Lisa volvió a ponerse firme y cuadrada, líneas de tensión aparecieron alrededor de sus ojos.

Sabía que era una ilusión óptica... la luz tenue, el cambio de postura corporal y expresión facial, su propia sugerencia... pero era desconcertante.

Toda la situación era desconcertante.

–¿Cuántos años tienes ahora, Lisa?

–Treinta–su voz también había vuelto a la normalidad.

–¿Dónde estás?

–Tu oficina.

–¿Puedo hablar con Priya?

La frente de Lisa se arrugó, como si estuviera concentrada o confundida.

–Priya no está aquí.

Miré a Jung‐jae y me encogí de hombros.

–Déjame intentarlo–susurró.

–Lisa.. Jung‐jae Lee, quiere hablar contigo ahora ¿Hablarás con Jung‐jae?

–Sí.

Me senté y observé, mientras Jung‐jae cubría el mismo terreno que yo, había cubierto en su sesión anterior... y con la misma falta de resultados.

Él no tuvo más éxito en contactar con Priya.

Finalmente se dio por vencido.

–Despiertala–dijo.