Doppelgänger/Jenlisa(G!P)

D‐4

Pov. Jennie

-Está bien-comienzo-Quiero que te concentres en los músculos de tus pies. En este momento están tensos, pero puedes relajarlos conscientemente como te digo. Empieza ahora a relajar los músculos de tus pies. Siente cómo comienzan a aflojarse. Ahora los músculos de tus piernas.

Trabajando paciente y cuidadosamente, llevó a Lisa a través del proceso de relajación.

-Tu visión se está desenfocando. Es difícil mantener los ojos abiertos. Puedes cerrarlos, cuando quieras-los párpados de Lisa cayeron lentamente... una buena señal.

Si lo estuviera haciendo deliberadamente, la acción habría sido más rápida, más definida.

-La silla en la que estás sentada es inusualmente suave, como una nube. Siente que la nube te envuelve, es cálida y reconfortante. Estás flotando en esa nube. Relájate y disfruta la sensación de flotar.

Lisa ya no estaba sentada rígidamente.

Obviamente, ella quería desesperadamente que esto funcionara.

Si hubiera elegido resistirse, sospechaba que Lisa podría haberlo hecho fácilmente.

-Solo relájate y flota, mientras cuento hacia atrás de veinte a uno. Para cuando llegue a uno, estarás en un estado de relajación total. Todavía podrás escuchar mi voz y responderme, pero otros ruidos se desvanecen en el fondo. No los registrarás ni te molestarán.

Empiezo a contar y Lisa respondía bien.

-Uno-concluyó-Ahora estás en un estado hipnótico y puedes responder fácilmente a las preguntas que te haré. Lisa, levanta el dedo índice derecho.

El movimiento lento, casi vacilante del dedo de Lisa me dijo que al menos había alcanzado un ligero trance.

Era todo lo que había esperado, para esta primera vez.

La voluntad de Lisa de tener éxito, parecía lo único que superaba suficientemente su necesidad de tener el control.

-¿Pasaste por mi casa anoche?-pregunté de inmediato.

-No-respondió ella, su voz lenta y tranquila.

-Me gustaría hablar con la que vino a mi casa anoche.

Silencio.

Dejo el tema y cambió de dirección.

-¿Soñaste conmigo anoche?

-Sí.

-Estás soñando ese sueño otra vez. Descríbeme qué está pasando y cómo te hace sentir.

Lisa lo hizo.

Con una voz sin emociones, describió las acciones de una mujer pelinegra que me miraba, subía a mi habitación, me ponía las manos alrededor de mi garganta y me quitaba la vida.

Lisa relató el sueño en tercera persona, siempre usando el pronombre ella, nunca yo, como si repitiera una historia espantosa que había escuchado o leído.

-Ella trepó por una ventana. Ella envolvió sus manos alrededor de tu garganta.

Lisa no había estado allí.

-¿Cómo se sintió la mujer pelinegra que me estranguló en tu sueño?

-Se sentía emocionada y feliz. Cuando le quita la vida a otra persona, siente que esa vida va dentro de ella, haciéndola más viva y más poderosa.

La recitación distante de esos sentimientos de Lisa, me hizo temblar a pesar de mi entrenamiento y experiencia.

Incluso acostumbrada como estaba a cambios de personalidad inesperados, me resultaba difícil reconciliar emociones tan disolutas con esta Lisa, que había entrado en mi oficina.