CAPÍTULO XXXVIII

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Capítulo editado

Esta podría ser una de las noches más importantes en la vida de Margareth Middleton, su padre había llegado dos horas después y solo había pedido a John acompañarlo a su oficina, donde tardaron media hora en unirse al resto en el comedor para comer

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Esta podría ser una de las noches más importantes en la vida de Margareth Middleton, su padre había llegado dos horas después y solo había pedido a John acompañarlo a su oficina, donde tardaron media hora en unirse al resto en el comedor para comer. Luego todos pasaron la tarde en el saloncito, sin permitir que la pareja tuviese la oportunidad de hablar sobre cómo le había ido al conde. La joven había esperado sentada junto a la ventana con un bordado de Jane, por lo que al menos había estado ocupada la mayor parte de la tarde en enmendar el trabajo de su hermana, quien parecía no tener paciencia con ello y que había disfrutado de su tarde —aunque lo dudaba—, con su institutriz en el área de los niños.

—Iré a preguntar sobre nuestra cena —anunció lady Emily con una sonrisa—: Puede que el retraso se deba al generoso aporte de lord Basset —dijo con humor a lady Basset y luego, dirigiendose a todos los presentes, agregó—: Si me disculpan.

John creyó que no sería tan inoportuno acercarse a la joven, considerando que no eran los únicos en el lugar, de que podría ser un perfecto momento para hablar más sobre su futura vida matrimonial y porque, además, quería ser él quien le diera las buenas noticias ¿La razón? Tal parecía ser que la boda podría ocurrir antes de lo que pensaban.

Ensimismado en sus pensamientos, logró captar la voz de Georgiana Middleton.

—Tienes el ceño fruncido, Maggie —comentó con una leve sonrisa y un toque en el rostro de su hermana—: ¿Tan mal lo ha hecho Jane?

—Creo que te iba mejor a su edad —agregó en un suspiro la castaña. Observó a su hermana y le extendió el bordado—: Dime, ¿qué será de Jane si continúa evitando los bordados?

Georgiana admiró el trabajo de la menor con una sonrisa y negó sin saber con exactitud el futuro de Jane. La menor de las Middleton siempre había sido la mayor preocupación de sus hermanos, así como la consentían, temían de su futuro incierto en la sociedad londinense. Era hermosa, sí ¿Pero siquiera eso le ayudaría a encontrar un hombre que la respetara?

—Georgiana, podrías intentar con actuar más madura y, tal vez, se anime a tomar enserio las enseñanzas de su institutriz —sugirió con amabilidad Margareth—. Vamos, estoy segura de que no ignoras que Jane imita tu actuar, te admira demasiado, tanto para verte como un ejemplo a seguir.

Georgiana con dedos intranquilos, deshilachaba las puntadas del bordado, negó con su cabeza al terminar de oír las palabras de su hermana.

—No deseo que me admire —murmuró apenada—: ¿Qué tiene de malo ser cómo tú?

—Todo —admitió Margareth, mientras estiraba su mano y la reposaba en la de su hermana—. Jane apenas creció a mi lado, por lo que me ve como su hermana, pero no seré a quién recurra por ayuda. Cualquiera diría que te escogería a ti como su mayor confidente, no te atrevas a negarlo, porque es así y lo sabes —dijo con calma—. Cuando me encerré en mi angustia buscaste a alguien para no aburrirte, es ahí donde Jane fue tu nueva amiga y no te lo reprocho. Me avergüenza no haber sido una hermana mayor normal.

Al Hombre Que Amo [#1]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora