Y solo mírame

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Y tú no me vai a saludar? - preguntó Rubí a Maca. 

Macarena sintió un frío en la espalda que la hizo quedar inmóvil, caminó dos pasos hacia atrás y se llevó las manos al rostro. Segundos después estaba abrazando a Rubí. Sentía el olor de su perfume, lo sedoso que era su cabello, con sus manos la abrazó lo más que pudo y cuando sintió que las manos de ella subir de su cintura hasta su espalda, el frío de su espalda se volvió un calor que llegó justo a su corazón. 

Las manos de Rubí al sentir la espalda de Maca, se hicieron saber que estaba llorando, por lo que la abrazó más fuerte. Ninguna era capaz de decir algo, de romper aquel abrazo que duraba una vida entera o quizás solo un par de segundos, sin embargo, eran los mejores segundos vividos de la otra. Rubí sentía que con ese abrazo se estaba liberando de algo, de un sentimiento, de un recuerdo, de un trauma, sentía que aquel primer abrazo que había tenido con Maca le demostraba que lo que le habían dicho en terapia era verdad. 

Un poco más de presión en ese abrazo y decidieron separarse. Rubí notó los ojos llorosos de Maca, le sonrió nerviosa, no sabía por qué razón estaba tan nerviosa, si era su Rulito a quien estaba viendo, pero sentía que por primera vez la estaba mirando con sinceridad, la estaba mirando a los ojos sin mentirle. Estaba nerviosa porque sabía que la mirada de Maca era con amor, y no había mentiras en ese amor.

- Ya po, Maca... - Rubí acercó sus manos para limpiar las lágrimas de las mejillas de Maca.

- Qué? - preguntó mientras la miraba y se mordía el labio. Comenzó a reir del puro nervio, no podía creer que estaba frente a Rubí.

- Deja de llorar...voy a terminar llorando contigo - sus miradas se acercaron un poco. Maca sintió como quizas de forma inconsciente, Rubí con sus manos le acercaba el rostro hacia ella. 

Ambas se quedaron mirando sin saber que decir. Las lágrimas de Maca terminaron desapareciendo, pero aún mantenía su rostro sonrojado, la miraba como si estuviera deleitandose frente al sueño hecho realidad de su vida. Rubí sintió lo mismo, se dio cuenta que estaba acercando lentamente a su rulito hacia ella, por lo que bajó sus manos y tras esperar unos segundos, volvió a abrazar a Maca, suspiró profundamente, le dio un beso en la mejilla y se separó nuevamente.

- Qué hací aquí? - preguntó Maca - Es que no puedo creerlo...

- Me dejaron salir antes por buena conducta - le sonrió, haciendo referencia a la cárcel  

- Y llegaste recién? La Esmeralda no me dijo nada - se sorprendía, no entendía por qué no le había dicho.

- Lo que pasa es que yo le pedí que no te contara. Mi mommy tampoco sabe, pero quise venir a verte primero a ti... - su mano se dirigió a la de Maca y comenzaron a hacerse un cario muy sutil pero cómplice. Se quedaron nuevamente en silencio unos segundos, simplemente mirándose, hasta que la hija de Sergio decidió romper el silencio que se había provocado.

- Pasa...estoy sola - Rubí comenzó a seguirla, luega de cerrar la puerta - La Jose y mi papá no están, salieron y estaba descansando un rato - Macarena se sentó en el sofá y Rubí también lo hizo.

Iba a preguntarle como estaba, pero cuando vio lo hinchada que estaba su mano, se preocupó. Ella conocía perfectamente las manos de Macarena y sabía que algo le había pasado.

- Qué le pasó a tu mano? - preguntó preocupada - peleaste? - la miró con ciertas dudas, ya que conocía a Macarena perfectamente, según ella. La Maca era incapaz de hacerle algo a alguien o incluso pelear por molestarse con alguien.

- No...nada 

- Maca, dijimos que nunca más ibamos a mentirnos...ya lo olvidaste? - le preguntó mirándola a los ojos.

Como besan las mariposas - RubirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora