Sozinho

230 21 4
                                    


Rubí

Desperté y entendí que no estaba en mi habitación. Me dolía la muñeca, sentía el cuerpo tan pesado que pensaba que iba a dormirme en cualquier momento, pero no tenía tiempo para eso, tenía que recordar lo que había pasado.

Mi papá biológico había aparecido en la vida del Checho como el nuevo pastor de la iglesia. El hermano Guillermo se había terminado yendo al sur y había traído a este nuevo pastor que prometía grandes cambios en la iglesia.

Yo tenía cuatro años y duraron hasta los 6 años...cuando se fue de la casa, dejando a mi mamá, a mi hermana y a mí. Mi mamá siempre lo recordó con mucha rabia, pero en mi fuero interno yo lo recordaba con asco.

Esos recuerdos se fueron amortiguando con el paso del tiempo, cuando nos fuimos a vivir al penthouse sentí que ya absolutamente nada me ataba a ese dolor, sin embargo, cuando lo vi frente a frente al lado de su nueva mujer...sentí un pánico que había olvidado totalmente.

Cuando fue reconocido por mi mommy y la Esme, él terminó poniéndose de rodillas, pidiendo perdón, que el diablo acá...que el diablo allá. Sergio se conmovió con la escena, mi mamá no se emocionó para nada pues aún le guardaba rencor, sin embargo, la Esme estaba contenta, ella no se acordaba de mucho, pero por suerte, a ella jamás le pasó nada ¿Por suerte? Sí, parece que por el solo hecho de ser mujer, tienes suerte si no te ha tocado vivir esto.

A las semanas se había intentado olvidar, pero este señor no iba para la casa, sin embargo, la Josefa iba a la iglesia, así que siempre le decía que jamás estuviera sola con él ni con ningún otro hombre que no fuera su papá. La Maca en aquel entonces me decía que se enternecía en como yo cuidaba a su hermana, pero no lo hacía exclusivamente porque me sintiera en parte hermana mayor, sino que lo hacía porque sabía que debía protegerla de alguna forma, aunque no pudiera decírselo explícitamente.

Una vez iba saliendo del edificio y me encontré cara a la cara con él. Me tomó la mejilla y me dijo que me veía hermosa, que por qué estaba gastando mi tiempo con una mujer, que si acaso lo extrañaba. Esa vez iba a juntarme con la Maca y cuando ella tomó mi rostro para besarme, enseguida sentí un asco terrible y luego de caminar un poco terminé vomitando. No podía con esto, cada día eran nuevos recuerdos, cada día el plano se veía de forma más panorámica.

Con el paso del tiempo las peleas comenzaron a llegar, andaba con un humor horrible y a eso se le sumaban mis celos por la Sofía, que empezaron a volverse totalmente enfermizos. No quería ser así, pero cada vez que lo veía, sus ojos verdes llenaban de miedo mi corazón. Tenía miedo a que le contara todo a todos y que nadie me creyera...porque ¿No era mi culpa? ¡cierto?

Totalmente desesperada con todo lo que pasaba terminé con la Maca, rompiendo totalmente mi corazón y creo que de paso el suyo, pero ya no podía con todo lo que implicaban las amenazas por parte de él. No podía con tanto y no podía ser tan egoísta de destruirles la vida a mi familia.

El doctor me empezó a explicar que me habían hecho una intervención estomacal porque había consumido muchas pastillas, me preguntó cómo me sentía ¿Cómo me sentía? Sentía rabia porque no había resultado, sentía rabia conmigo misma porque a estas alturas ya todos debían saberlo, quizás mi mommy con la Esme nunca más en la vida me iban a creer. Quizás él ya había hablado con todos y los había envenenado con sus palabras... ¿Cómo me sentía? Era una pregunta bastante difícil si considerábamos que mi meta era simplemente no despertar.

Todos los recuerdos eran borrosos, era como si mi memoria intentara armar un rompecabezas. Recuerdo que comencé a tomar varios calmantes porque yo sabía que hacían efecto rápidamente ya que eran usadas como s.o.s.

Como besan las mariposas - RubirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora