Amor del bueno

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Flash Black

La fiesta transcurría con total normalidad en el penthouse. Era el cumpleaños de Macarena, quien ya no vivia en la casa, sino que donde su amiga Rocío. Se había ido hace más de dos meses, debido a que le resultaba imposible vivir con Rubí en la misma casa. Habían intentado que la celebración transcurriera con la mayor tranquilidad, sin embargo, a la llegada de Sofía a la fiesta, los celos de la ex polola de Macarena habían comenzado a aflorar y habían terminado de sucumbir cuando al entrar a la habitación de la cumpleañera, había sido testigo de un beso entre Macarena y Sofía. Su corazon se había encogido y ahora estaba encerrada en el baño pensando en cómo salir de ahí y continuar fingiendo que nada había pasado.

La llave del agua corría con la misma intensidad que las lágrimas de Rubí. Se decía a sí misma que no podía tener el descaro de reclamar algo, que ella había decidido terminar dicha relación y que no podía mostrarse molesta o triste, aunque se muriera de celos por dentro. Sentía que ahora si había perdido a su Rulito para siempre, pero también comprendía que esa era la mejor decisión.

Al cabo de un par de horas llegó a su fin. Sergio y Josefa le habían regalo una maleta con pinturas de óleo, Carlitos le había regalado unos chocolates; y Agata y Esmeralda le habían regalado un perfume, mencionando que también era un regalo a nombre de Rubí. Sus tres amigas eran testigo de como Rubí miraba la escena desde la lejanía, sintiendo que no tenía por qué estar en la fiesta de cumpleaños de su ex pareja, sin embargo, tanto la familia Correa como Cárdenas le habían pedido participar, ya que después de todo, seguían siendo una familia unida.

Macarena había decidido que después de la celebración volvería a la casa de Rocío, pero Sergio le pidió que hiciera una excepción para que todos pudieran estar nuevamente juntos como la verdadera familia que eran.

Para Macarena no funcionaba así, pues ella no tenía intención en fingir que eran una familia feliz. En parte ella sabía que su padre y Ágata no tenían nada que ver con el termino de las dos, pero Macarena sentía cierta molestia con su papá, ya que no había tenido reparo en expresar que era la mejor decisión, ya que muy en el fondo sentía que su hija hacia algo malo al estar saliendo con su "hermanastra". La joven de cabello rizado se sentía totalmente incomprendida.

Todas se habian retirado, la última en irse fue Sofía, quien hacía todo lo posible porque el abrazo de despedida entre ellas durara lo máximo posible, y Rubí quien veía desde la cocina la escena, no sabía hasta qué número contar para no correr donde la ex de Macarena y hacer todo lo posible para separarlas.

La última visita se fue y a esa hora Sergio y Ágata ya se habían ido a acostar, solo quedaba Carlitos, Esmeralda Rubí y la cumpleañera.

- Bueno, yo me despido - Carlitos se acercaba a Macarena - Espero que lo haya pasado estupendo, cuñadita, que este par de patos le traiga solo cosas bellas...

- Gracias, Carlitos - lo abrazó para despedirse.

- Oiga, se veía muy bonita al lado de la señorita Sofía, si los ojos como que se le veían radiantes, ahí se nota la tensión, es una suerte de... - siendo interrumpido por Esmeralda, quien veía de reojo a su hermana que estaba comenzando a experimentar un tono rojizo en su rostro y no era precisamente por verguenza.

- Ya, Carli, te iré a dejar al ascensor - y tras decir esto, le hizo un gesto a Rubí, quien miraba con odio a Carlitos.

El silencio gobernó el penthouse, por un lado se encontraba Macarena ordenando los vasos que estaban en la mesa y cuando por fin los llevó a la cocina, se encontró con los ojos de Rubí mirandola con sentimientos que ella no era capaz de decifrar. Quizás porque no quería, quizás porque no podía; tal vez simplemente no quería hacerse ilusiones.

Como besan las mariposas - RubirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora