Creador de Razas (MALEC)

XI

Pasando ese trago tan amargo, se honraron a los muertos, quemaron a los Ángeles y esparcieron sus cenizas por el viento.

Las remodelaciones al castillo podrían tardar años y mucha energía de los brujos, de momento se transladaron todos a una vieja fortaleza que perteneció a Alec, era 5 veces más grande que una mansión pero mucho más pequeña que el castillo.

Lo que le agradó a todo mundo fue el hecho de que se sintiera como hogar, la calidez en el ambiente era mejor que la frialdad del castillo y no tan calurosa como la mansión de los lobos.

Al parecer la pareja de líderes no fueron los únicos que encontraron a su alma gemela, aquellos individuos (Jace&Clary, Isabel & Elliot) decidieron mantener la Unión en sus cuerpos, permanecer juntos.

No les fue prohibido hacerlo pero se les advirtió que podrían traer descendencia al mundo si no se cuidaban pues las condiciones de su anatomía habían cambiado y nadie sabía hasta qué punto.

Sorprendiendo a todos el rubio y la peliroja al enterarse de eso fueron los primeros en quedar en cinta, la otra pareja quiso esperar un tiempo y muchos más se arriesgaron a su debido momento.

El primogénito de los Lightwood-Bane siguió creciendo cada día más, cuando su nueva casa se inauguró, aquel pequeño demonio azúl entró corriendo con sus piernitas flacas mucho antes de que cortaran el listón rojo.

El aspecto de Alexander tardó varios días en volver a su estado normal pero lo hizo, cosa que no le gustó al bebé que adoraba jugar a subirse a sus cuernos y aunque Magnus no lo dijera, sintió alivio de verlo como lo conoció.

El heredero comenzó a dormir colgado del techo, a veces flotando por todo el cuarto abrazado a un peluche y inclusive debajo de la cama de sus padres aferrando una pequeña cobija.

Lo nombraron Máx, en honor a quien hizo un sacrificio tan valiente por ellos, siempre tendrían presente al hermano caído, su hijo les recordaba diariamente al valiente vampiro.

Las cosas se tranquilizaron después de tanto dolor, las únicas preocupaciones eran cosas mínimas como la comida, todo quedó suspendido en una paz armoniosa y relajante.

Pero...

Eso no duró mucho