No había nada más importante en el mundo para HyunJin que su pequeño novio de carita estrellada, si algo debía remarcar en su relación era que ambos solían ser muy tímidos aunque HyunJin a veces solía decirle un par de cosas al australiano que lo avergonzaban de más.
Quizás todo hubiese sido diferente si Felix hubiese puesto de su parte, incluso si eran de la misma edad uno solía estar más ocupado que él otro.
Felix siempre se preguntaba si su lindo novio pelinegro estaba tan ocupado como decía, ¿por qué parecía que solo estaba ocupado cuando se trataba de él? El australiano no sabía pero HyunJin en realidad se encontraba abrumado, apenas eran 3 meses de relación pero ya había pasado de todo, quizás habían ido muy rápido y es que el par de adolescentes se quería como nadie en el mundo.
Al principio todo había sido realmente color de rosa, Felix quería estar con HyunJin en sus momentos difíciles pero también en los más bellos. Amaba el entusiasmo del coreano cuando le mandaba videos de sus prácticas de baile, amaba que se sintiera más seguro sobre sus movimientos y sobre todo amaba la sonrisa de HyunJin que, verdaderamente, pocas veces podía disfrutar por más de 5 segundos.
Los problemas comenzaron cuando HyunJin de pronto comenzó a desaparecer, siempre ponía excusas para dejar de ver a su querido Bokkie y al otro no le parecían del todo realistas.
"Estaré ensayando."
"Estoy trabajando doble turno, necesito el dinero."
"Lo siento, cariño. Estaba ocupado."
"Realmente no puedo ahora, Yongbok."
Sentía que HyunJin se le iba de las manos y no quería sufrir, no quería volver a llorar como lo había hecho con Chris. Había sido difícil superar aquello y el pelinegro lo sabía, se habían prometido conjuntamente que no se harían sufrir y que mucho menos se dejarían de amar de un día para otro.
Felix ya no podía soportar más, la indiferencia de su novio le estaba quemando y no quería ser el único que acabará solo. Era inmaduro y, para evitar ese dolor, igualmente se fue alejando.
Decidió que era mejor romper la promesa, quería evitar cualquier dolor mayor y dejar de, alguna forma, ser una molestia para el coreano.
Aquella tarde había salido con Changbin, habían hablado un poco y le había pedido consejos pero tal vez se había equivocado en hacerle caso. Sabía que su mayor estaba enamorado de él, esperaba que la bondad del bajito se viera reflejada en su sinceridad para aconsejarle lógicamente con respecto a HyunJin pero no fue así, Seo estaba mil veces mejor si esa relación llegaba a su fin pues tendría el camino libre para intentar conquistar al pecoso.
Felix era inocente y se dejó manipular, simplemente le dijo a HyunJin que era mejor dejar las cosas ahí pero se arrepintió, y no una o dos veces sino tres.
Hwang sabía que algo andaba mal así que, para no dejarlo ir tan fácil, le dió únicamente tres oportunidades de pensar las cosas y aún así su novio se equivocó. Había apostado mal y aquella fatídica tarde habían terminado tres veces, el pelinegro realmente penso que su novio le había dejado de amar y se deprimió.
—Lo siento, HyunJin. Me hiciste mucho daño.
Felix se dió la media vuelta y dejó a Hwang con el corazón hecho trizas, aquella tarde la felicidad de ambos había terminado en un par de segundos.
Las promesas de dos adolescentes idiotas se fueron volando con el viento otoñal, recuerdos y rostros olvidados.
Simplemente se dejaron ir y nunca más regresaron.
¿De quién había sido la culpa?