EL GUARDAESPALDAS - Parte 2 (Final)

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-Tu reloj está roto. -Le avisó Clara mientras andaban en un sendero a luz de la mañana.

Joel miró su reloj y luego a la que había dicho aquello, evitó hacer una mueca, pero no pudo evitarlo. Se mostró incómodo y cortante.

-Ya lo sé. Así me gusta usarlo -Se paró un segundo y luego volvió a andar- ¿Qué me dices tú? ¿Esos moretones y cicatrices en tu brazo de qué son?

-¡No vayas a creer que estoy infectada!

-No, si fuera así, ya te habrías convertido y yo te hubiera matado -Sentenció con la mirada fija al frente.

-Es complicado, guapo...digo, Joel. Joel. -Repitió, pero no pudo evitar avergonzarse por la mirada que le dedicó aquel sujeto.

Siguieron el camino en silencio, pero, sorprendentemente, Joel habló primero esta vez:

-¿Quién fue el que te hizo eso?

Preguntó al azar, como si estuviera haciendo una pregunta más sencilla de responder, pero para Clara Williams no lo era.

-Personas malas, unos imbéciles.

Joel apretó la pistola entre sus manos y se puso tenso por algunos segundos, pero luego se le pasó.

-Hay que descansar un poco, ¿sí? -La rubia se sentó en un tronco para respirar el aire fresco del día.

-Ya está anocheciendo. Vamos.

Avanzaron un poco más hasta que los dos ya no podían más por el cansancio. Se dejaron caer en una solo sábana, al parecer, lo de la noche anterior se les había hecho costumbre.

Pero esta vez, ninguno de los dos cerraba sus ojos para dormir, solo se miraban como si al día siguiente no se fueran a separar.

-Gracias por cuidarme todo este tiempo, Joel.

-Es mi trabajo, rubia. -Volvió a repetirle aquel apodo y eso la hizo sonreír.

Estiró su mano para tocar su rostro, pero él se alejó un poco, con desconfianza y con la mandíbula tensa. Clara se detuvo unos segundos antes de volver a intentar tocarlo, y esta vez sí lo logró, pero él seguía teniendo la mirada fría, ella solo sonreía. Acarició su mejilla con su pulgar, recorrió su bigote y llegó hasta sus labios, se inclinó hacia adelante apoyándose en sus codos y lo besó. Por unos segundos Joel Miller se quedó congelado en su lugar, luego de unos mini segundos le correspondió el beso hasta que se dio cuenta de lo que estaban haciendo.

-No, esto no está bien. –Afirmó sosteniéndola de los hombros para separarla de él, prácticamente estaba encima suyo.

-¿Qué no está bien exactamente?

-Esto. –Se señaló a sí mismo y luego a ella.

-Dime algo, ¿Sientes algo por mí, Miller? –Joel abrió los ojos con sorpresa, no pudo evitar pensar que su apellido sonaba muy sexy cuando Clara lo dijo.

Solo se escuchaban algunas luciérnagas en el bosque, y con él, toda la tensión que formaban Clara y Joel. Este acarició su mejilla cuidadosamente y recogió un mechón de cabello detrás de su oreja. Clara sonrió cuando la tocó, sabía que su fuerte no era comunicarse, pero tal vez el contacto físico, sí.

-No lo sé...-respondió Joel, mirándola a los ojos. –Solo sé que en este momento eres lo único que tengo, y lo único que me importa.

Se acercó y la besó con necesidad. Ambos se tocaron y se rozaron hasta tener suficiente el uno del otro. Él le quitó la ropa con mucho cuidado y ella también lo hizo sin dejar de besarse, ambos jadeaban y respiraban con dificultad con cada beso que se daban, así sea corto o largo. Cada uno estudió el cuerpo del otro con interés al estar desnudos frente al gran bosque. Ambos hicieron el amor, tratando de no hacer tanto ruido por los gemidos de ambos, ya que alguien o algo los podía localizar. La manera en que Joel tocó a Clara esa noche, la hizo sentir como la mujer más afortunada del mundo, también pensó que hace mucho que no tocaba a una mujer, ella, por otro lado, hace mucho tiempo que no mantenía relaciones con alguien y no le importaba, pero él había despertado deseo en ella desde la primera vez que lo vio, por eso siempre le coqueteaba y lo llamaba guapo cada vez que podía.

SURVIVING【The Last of Us】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora