my beautiful star; neteyam sully ✓

chapter five ┊ hì'i tsawke

MY BEAUTIFUL STAR
🌌 chapter five;
omniscient pov ! ⁀➷✧

—Ojalá uniera estado ahí —dijo Kiri —. El océano te bendijo con un regalo, hermano.

Lo'ak les había contado a sus hermanos y a Ao’nung, Tsireya, Rotxo y Rhaella lo que había vivido ayer por la tarde.

—Los Tulkum todavian no regresan —dijo Ao’nung —. Además ningún Tulkum anda solo.

—Pues este si —contestó Lo'ak y se volteo a Tsireya—. Tenía una aleta que le faltaba y como un muñón en la izquiera.

—Pobre Tulkum —dijo Tuk.

—Payakan —dijeron al unísono Tsireya y Rhaella. La mayor emociona y la menor algo asustada —. Es Payakan —siguió Tsireya.

—¿Quién es Payakan? —preguntó Kiri.

—Es un macho que se volvió loco —contestó Rotxo —. Es un exiliado, está solo. Y le falta una aleta.

—Dicen que es un asesino —dijo Rhaella —Dicen…

—Mató a varios na'vi —dijo Ao’nung—, y a otros Tulkum. Aquí no, sino más al sur.

—No, no es un asesino —dijo Lo'ak.

—Lo'ak, no sé cómo sigues vivo —dijo Tsireya.

—Es que ya sé los dije —dijo Lo'ak—. El me salvó la vida. Es mi amigo.

—Te creo, Lo'ak —dijo Rhaella y se volvió hacia Tsireya—. Te dije que no era malo.

—Casi mueres por él —le recordó Ao’nung.

—Daños secundarios —minimizó Rhaella.

—Mi hermanito —dijo Neteyam intentando calmar la situación—. El poderoso guerrero que enfrento al asesino Tulkum y pudo sobrevivir.

Lo'ak apartó a su hermano y se puso de pie.

—No me están escuchando —dijo Lo'ak.

—Lo’ak yo si te escuchó —dijo Tuk mientras veía a su hermano alejarse.

—Lo’ak, regresa —podio Kiri.

Rhaella se puso de pie dispuesta a seguir a Lo'ak, pero Tsireya le tomo la mano deteniéndola.

—Necesita espacio —dijo Tsireya.

—Necesita a alguien que lo escuche —dijo Rhaella y se soltó de Tsireya.

Rhaella le dirigió una mirada a Neteyam antes de seguir persiguiendo a Lo'ak.

—¿Qué le ocurrio a Rhaella? —preguntó Kiri —. Con Payakan, quiero decir.

—Rhae salió del arrecife hace unas semanas cuando murio nuestra abuela —comenzó Tsireya—. Cuando volvió esta…ella estaba…

—...casi muerta —terminó Rotxo al ver que Tsireya no podía hablar —. Fueron tres días en donde permaneció inconsciente.