"Miss Swan, le he escrito estas palabras con la intensión de disculparme. Mi deseo de despertar a su lado a invadido por completo mi cabeza, pero al igual que yo, considero que se le haría impropio tales pensamientos, pues el sol ya asoma a la ciudad y los amaneceres que atañen a las damas de sociedad jamás habrán de incluir el abrazo de un amante, por más decente que este pueda ser. De igual forma le expreso mi más sincero pesar, por no verla al despertar, y espero por la gracia de su majestad que se encuentre bien y plena al igual que yo. Imagino que está preocupada por lo que sucedió en aquella casa de vida nocturna y como regreso a la calma de su hogar, pues sepa que no fue nada más allá que una expresión dignificada de placer y pecado, al menos para los demás, pues en lo que a mí respecta solo fue una expresión de mi más sincero cariño hacia usted. Y en cuanto a su segunda inquietud, ha de saber que tome la decisión de traerla a escondidas y regresarla a su cama.
Creo que no tengo nada más que expresarle, mi amada. ¡Oh!, supongo que es un poco apresurado llamarla de ese modo, aún no hemos conversado sobre eso, pero es verdad, usted me enloquece y me haría terriblemente feliz saber que al menos tengo su consideración. Nos veremos pronto en la penumbra de la noche.
Siempre suya, R.M"
Emma acerco la carta a sus labios y luego con dulces lágrimas en los ojos la llevo a su pecho, sintiendo el olor a jazmín que descansaba en la hoja de papel. Se estiro entonces con toda amplitud hasta que sus pies descalzos alcanzaron el borde de la cama, finalmente era parte de todos los placeres secretos londinenses y ahora estaba segura que había capturado el amor de una mujer única y entrañable. No se trataba simplemente de una ilusión, era algo más, como una marca escarlata en su pecho que cualquier persona podía ver, solo con darle una ojeada a su persona, y eso le daba a la mañana un matiz alentador. Pero, la heredera no era la única con buen ánimo, debido a que, con la esperanza de recibir próximamente la visita del futuro Duque, Lady Mary, hizo preparar la mesa para más de cuatro personas y sacar de la bodega el vino más costoso que tuvieran, junto a las copas de fino cristal veneciano que eran absolutamente encantadoras. Emma por supuesto, solo suspiraba sin cesar, ante tales comportamientos, dejando escapar una ligera risa de vez en vez, pues estaba segura que su madre no estaría tan de buen ánimo si estuviera en conocimiento del secreto que ella y Neal compartían.
Cerca de las doce del mediodía, el carruaje de Neal asomo por la calle frente a la residencia de los Swan, iniciando el estruendo dentro de la casa como nunca antes se había visto. El joven no demoro mucho en recorrer la distancia hasta la puerta de la mansión, con su típico aspecto delicado acompañado de un traje muy formal de gabardina azul. No hubo pasado el tiempo suficiente como para solicitar un llamado a la puerta, cuando Lady Mary ya se encontraba enviando a la criada a darle una bienvenida al joven. Claramente sorprendido, Neal solo sonrió haciendo una reverencia exagerada a Lord y Lady Swan, enrojeciéndose ligeramente poco después, al posar sus ojos sobre Emma, hasta ahora no lo había notado, pero la heredera tenía algo singular en su presencia, no era que fuese una mujer hermosa sobre manera, sino que parecía poseer una inocencia poco superficial, probablemente era eso lo que tanto enloquecía a Lady Mills, que apenas horas atrás, lo había cubierto con pasionales discursos respecto a Emma, sin saber que él se había negado a entregarle la carta que ella le había enviado.
Neal, además, concluyo después de su tonto momento de fascinación, que su decisión de casarse con Emma era acertada. Hubiera sido una tragedia romántica, llevar una vida monótona y simple con una mujer aburrida que él no pudiera amar, pero la heredera seria distinta. Cuando se casaran, él sería un buen marido y ella una mujer fiel, sometida por completo gracias a su pequeño secreto con el cual la podía amenazar.
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Placeres Secretos
FanfictionUna joven heredera aburrida de su vida, desea probar todos los placeres que se dan de forma secreta en las calles de Londres. Su petición finalmente será respondida por una extraña y misteriosa mujer, de profunda mirada oscura que se lanzara a sus p...