Ruidos

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POV: Narrador

Samuel y Rubén habían llegado de una misión a casa, totalmente muertos de cansancio. Habían dejado la casa a cargo de Iván, quien con sus 17 años ya poseía un gran nivel de responsabilidad pero aún así no podían evitar asustarse.

Esta estaba en muy buenas condiciones y todo se mantenía como normalmente estaba organizado cosa que hacía a los mayores aún más orgullosos de su hijo. Lo que los extrañó fue no ver a el hibrido en casa.

No estaba en la sala, ni en el comedor, ni en la cocina. ¿Dónde se había metido Iván?

Esto obviamente preocupó a los adultos quienes enseguida emprendieron búsqueda de su hijo. Pero poco les duró pues en la habitación de este se escuchaban unos raros quejidos.

Eran quejidos de dolor. Esto hizo que pensarán primeramente en lo malo de la situación. ¿Y si su pequeño estaba herido?

Con este pensamiento ambos corrieron hacia las escaleras en camino a la habitación de su hijo. Pero se detuvieron en la puerta al escuchar una segunda voz que no era la de Iván.

-Ah... ¡Me duele Ivi! ¡Prometiste que no dolería!- Decía aquella voz desconocida.

Ambos padres se miraron extrañados dispuestos a entrar pero de nuevo fueron detenidos por otra voz, esta vez si era la de su hijo.

-Calla, vos querías esto, ahora te aguantas-

-¡¿Pero es necesario hacerlo tan fuerte?!- Volvió a cuestionar la voz desconocida

-Si, si no, no entrará, ahora calla y déjame hacer mi trabajo- Le respondió su hijo al parecer

-¡Ah, Ah! ¡Despacio!-

¿Era lo que ellos creían? Su pequeño...estaba...
¡No! ¡Iván no metería a un extraño mientras ellos estaban fuera y menos con ese objetivo! o eso era lo que querían suponer. Pero a esa edad los adolescentes tienen las hormonas por todas partes. ¿Sería correcto detenerlos? Después de todo nunca habían hablado de eso con Iván.

Y mientras Samuel se seguía cuestionando un celoso ojiverde abrió por fin la puerta de la habitación.

-¡¿Qué pasa aquí?!- Gritó apenas aquella puerta se abrió esperando encontrarse con algo un poco incómodo de ver.

Pero en vez de eso se encontró a su hijo junto a un chico castaño con piercings que dió un gran brinco asustado por el grito de Rubén. Esto confundió aún más a los mayores ¿Quién era ese chico? ¿Que hacía en su casa junto a su hijo? y lo más importante ¿Ellos no estaban...?

-Él es Rodrigo, un amigo de la escuela. Carre ellos son mis padres- Presentó después de un largo suspiro. ¿Por qué no pensó en la posibilidad de que sus padres llegaran temprano y pudieran malinterpretar alguna de sus acciones?

-¡Hola!, mucho gus- El castaño se vio interrumpido por el oso mayor quien no podía aguantar más para preguntar

-¿Qué estaban haciendo?-

-Estaba ayudando a Rodrigo con su piercing.- Explicó serio Iván. Sabía que habían pensado mal en cuanto vio a su padre entrar como una bestia.

Esto hizo sonrojar a los mayores quienes se retiraron avergonzados no sin antes saludar a Rodrigo. Recibiendo un gran regaño del menor una vez su amigo se fue a su casa.

Un capítulo happy para compensar el anterior ❤️

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Un capítulo happy para compensar el anterior ❤️

That's all, recuerden que aquí se shippean cubitos, no se lo tomen a personal.

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