Capitulo 7

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La ocasión se presentó en unos pocos días que parecieron ser semanas con lo mucho que Jisung había anticipado su salida.

Había mantenido a Minho cerca estos días para poder supervisar su medidor (que siempre estaba lleno). Mantén a tus amigos cerca y a tus mejores amigos hormonales aún más cerca, como solían decir. Seguro que alguien lo había dicho, al menos una persona. En algún punto, tal vez.

Como sea, no ha habido mucha diferencia de su rutina usual. La mayoría del tiempo, Minho es quien llama a Jisung para salir o juntarse, pero el menor se estaba preocupando demasiado cuando no lo podía vigilar, por lo que se aseguró de invitarlo más veces de las que hacía normalmente.

A pesar de eso había tenido una semana normal, yéndole bien en los exámenes, ayudándose en hacer trampa en sus tareas. Lo usual. La única cosa fuera de lo ordinario era su nueva habilidad de ponerse jodidamente nerviosos entre los dos.

No era como si nunca hubiera pasado antes; Jisung se ponía nervioso fácilmente y estaba aprendiendo que Minho también lo era. Lo había visto ruborizarse más esta semana que probablemente en todo el año pasado. La única diferencia era algo evidente; el hecho de que cada vez que se hacían bromas sexuales entre ellos, ambos sabían que habían hecho esas cosas. Era extraño, pero no lo suficiente como para que dejaran de coquetear.

Oh, y probablemente Jisung terminó nuevamente con su pene en la boca de Minho.

Aparentemente había llevado sus bromas demasiado lejos una noche, volviéndose demasiado atrevido, tocando de más. Tal vez al jugar lucha libre con Minho cuando este le había respondido algo en una discusión no fue la mejor idea cuando su medidor estaba tan lleno (¿pero cuándo no lo estaba?), y tal vez había una mejor manera de reaccionar que ponerse a horcajadas sobre él, sentándose justo encima de su entrepierna. Pero pasó, y no había vuelta atrás.

Notó, que cuando el medidor de Minho se había vuelto loco, una nueva grieta se había añadido a la colección. Entró en pánico, y probablemente la imagen de Minho debajo de él con los ojos abiertos y mejillas sonrojadas, el castaño cabello del mayor cayendo sobre la cama de Jisung, lo habían impulsado. De todas formas, sus acciones los habían llevado a: Jisung sugestivamente moviéndose contra la entrepierna de Minho, su medidor volviéndose loco cuando se dio cuenta de qué estaba pasando, los dos frotándose entre ellos hasta que estuvieron tan duros que no lo pudieron soportar.

Minho había pedido chupársela a Jisung, y Dios, ¿cómo era tan bueno con su boca?, el menor se había ofrecido a devolverle el favor, pero Minho tímidamente respondió si podía simplemente tocarlo. Jisung lo había puesto sobre su regazo, y tal vez no debió haberse dejado llevar y soltar eso de su boca.

Suenas tan bien—había dicho. —¿Eso te gusta, bebé?

Jisung se tomó un momento para parar en medio de su maquillaje para echar su cabeza hacia atrás y gruñir, muriéndose de vergüenza ajena ante el recuerdo. ¿Por qué se le ocurrió decir esas cosas? ¿y como es que Minho lo dejó pasar?

Se había venido unos segundo después, haciendo un desastre en su propia camiseta y en las manos de Jisung. Mientras la cabeza del menor daba vueltas y sus mejillas ardían por la vergüenza cuando se dio cuenta de lo que había dicho, pero increíblemente Minho no lo molestó, solo pidió tímidamente que le prestara una camiseta.

Su mejor amigo se había ido con el medidor vacío, dándole a Jisung algo de tranquilidad a pesar de la vergüenza y la desesperación cada vez que recordaba la forma en la que le habló a Minho. A este último pareció haberle gustado, pero Jisung no sabía si eso era bueno o malo.

Eso fue apenas anoche, y a pesar de que han estado bien luego de la noche en la camioneta de Changbin, Jisung tenía que admitir que estaba un poco nervioso de ver a Minho cuando se juntaran para salir más tarde. Se habían mandado mensajes como normalmente, el mayor reenviando las fotos que su mamá le enviaba de sus gatos junto con uno o dos memes, pero Jisung no podía quitarse la extraña sensación en su vientre cada vez que pensaba en Minho sobre su regazo mientras sus labios se cernían sobre el oído del mayor en un ridículo intento de hablarle sucio. O del hecho de que a Minho parecía gustarle.

don't leave me tongue-tied(español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora