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Los días pasaron con rapidez frente a sus ojos. Su único pasatiempo era sentarse al sofá a ver televisión mientras se llevaba un puño de papitas fritas a su boca, a la espera de que su panza comenzara a abultarse por tanta grasa.

Ya había pasado una semana desde que había sido despedido. Y creía que a este punto ya necesitaba ayuda psicológica…

Desde ese día no había salido de su apartamento y se mantenía dentro de esas cuatro paredes viendo televisión o durmiendo, y todo para que el día acabara de una vez. Sin trabajo no tenía nada que hacer…

Y mentiría si dijera que no se la había pasado toda la semana entera pegado al celular, esperando una llamada del laboratorio, tan sólo un mínimo mensaje pidiéndo su regreso…No es que no tuviera dignidad, no, no, lo que realmente no tenía era orgullo, y pues con el orgullo no se come…

Pero sí con su liquidación…

De pronto, el puño de papitas que estaba por llevar a su boca fue interrumpido a medio camino por unos toques en la puerta. Gruño por lo bajo, para después meterlas a su boca con rapidez y levantarse del sofá. Sacudió sus manos, buscando desaparecer de ellas el polvo que estas desprendían y después se dirigió hacia la puerta.

Knock Knock

Los toques en la puerta fueron insistentes y eso comenzó a irritarle.

—¡Ya voy!—Exclamó. Ni siquiera tenía la mínima idea de quien se encontraba tocando la puerta con tanta insistencia.

Dahyun, su única amiga, no podía ser, ya que charlaban por kakaotalk todas las noches antes de dormir, en plan de amigos claro, al menos por parte de Jin. La rubia sí había insistido más de una vez para planear una cita, pero SeokJin se excusaba diciendo que estaba muy ocupado buscando empleo, cuando en realidad se la pasaba perdiendo el tiempo frente al televisor, donde los programas comenzaban a repetirse y aquello comenzaba a hastiarle.
Uno firmar documentos en sus manos.

—¿Usted es Kim SeokJin?

—Eh, sí.—Titubeó un poco al afirmar, pues no sabía que intenciones tenía el hombre.

—Debe firmar esto.—Le ofreció la tabla y SeokJin la recibió con un fruncido en su ceño.

—¿Qué es esto?—Preguntó con ignorancia al mismo tiempo que comenzaba a leer el papel que se supone que tenía que firmar.

—Es una orden de recibido, en cuanto usted la firmé nosotros podremos entregarle el paquete.—El contrario frunció su ceño extrañado ¿Nosotros? Sacó su cabeza por el marco de la puerta y se percató que dos hombres más acompañaban a aquel que le solicitaba su firma, supuso que ellos meterían a su departamento la caja gigante que yacía en el suelo o sino simplemente caería ante un par de extorsionadores y esa caja que raramente era de su tamaño sería para secuestrar su cuerpo.

Sacudió ligeramente su cabeza, intentando borrar sus caóticos pensamientos, para después firmar el papel que se el había extendido.

—Emh, ¿Sabe quién lo envío?—Preguntó con curiosidad, rascando su nuca con nerviosismo.

—Me temo que es información confidencial.—SeokJin tragó saliva con dificultad.

—Y, ¿No me puede dar aunque sea una pista?—Sonrió grandemente, como si su sonrisa hiciera que el hombre pensara que es carismático y le dijera quien había enviado el encargo.

—Lo siento, pero si lo hago podrían correrme…—Agarró por si mismo el documento, ya que parecía que el chico no se lo daría por su propia voluntad. Y entonces dió una orden a los hombres para introducir aquella caja de madera al departamento, la misma que sobre su tapa tenía una etiqueta de color rojo que decía: "Advertencia: contenido frágil" Y eso sólo provocó que la curiosidad de SeokJin aumentara.

ஓMY SWEET CAVEMANஓ [KNJ & KSJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora