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— La verdad estoy harta de esta vida. — La pelinegra habló.

— Si lo estuvieras no la disfrutarías, dios, Danielle, es solo una tarea.

— Lo dices por que eres inteligente, personas como yo que apenas saben atarse un zapato no dicen eso con tanta calma. Aveces creo que no nací para estudiar. — lo último lo dijo mirando a un punto fijo en la habitación de la otra.

— Agh, no entiendo como te complicas la vida. — rodó los ojos.

— Solo lo hago, mira, ¿Por qué mejor no haces tu el trabajo y me lo pasas? ¡Problema resuelto! — aveces Haerin no sabía porque eran amigas.

— Claro que no, perezosa. — soltó una carcajada al ver el ceño fruncido de la contraria.

•••


— Hanni dice que no te preocupes, que ya viene para acá, está ocupada con lo de su nuevo trabajo. Aveces creo que ella tendría que mantenernos.

— ¿Sabes, Dani? ¿Por qué mejor no te callas?

— Ash, yo solo decía, mejor le digo que no venga para así irnos caminando y que seamos reconocidas en algunos años como 'las chicas que murieron deshidratadas en 1996'.

— Yo nunca dije eso, solo digo que de tu boca salen solo estupideces.

— En ese caso entonces, Haerin.

— ¿Qué? — se estaba hartando.

— Nada, solo lo dije por que eres estúpida. — se carcajeo en la cara de la otra.

— Yo solo voy a callar. — dijo dando por terminada esa conversación.

•••

— La maestra Park dice que hagamos una carta para alguien a quien apreciamos.

— En ese caso no sabría a quien. — la pelinegra estaba en blanco ese día.

Durante las clases sus ojos solo podían ver la pizarra, sin prestarle demasiada atención, claro.
Haerin no sabía que ocurría, a este punto pensaba que la otra se drogaba o algo.

— Entonces ve buscando por que es para la siguiente semana.

— ¡¿Qué?! — se despertó de su trance.

— Así es — le encantaba jugarle bromas a su amiga, le gustaba ver hasta donde llegaba ésta. Pero hoy solo creyó que sería agobiante para la otra con sus tres proyectos y siete tareas para la próxima semana así que solo se lo dijo. —. En realidad es para el siguiente mes, no te alteres.

— Creo que me voy a quedar sin una amiga. — y con eso empezó a caminar a casa.

— ¡Oye, solo estaba jugando, espera! — corrió detrás de la testaruda.

Y con eso terminaba la semana.

Etapas | Daerin ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora