7 - Regalo Sorpresa

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Después de lo que pase ayer por la noche en la discoteca, se me han ido las ganas de volver a una, lo pase muy mal, tenía mucho miedo de lo que me pudiera hacer ese chico. Hoy es mi cumpleaños espero que no pase nada extraño, solo quiero disfrutar y pasar tiempo con mis perras, hoy vienen mis padres a comer pediremos un pollo asado a domicilio, mi madre como cada año el día de mi cumpleaños me prepara una tarta muy rica de frutas.

Llegaron mis padres, Sopa y Oliva no paraban de ladrar y traerles juguetes para jugar con ellos, más monas. Preparé la mesa mientras mi padre pedía el pollo a domicilio, tardaba diez o quince minutos en llegar, encendí la tele para ver las noticias, nada interesante. El repartidor llegó con el pollo y nos pusimos a comer, Sopa estaba dándome con la pata para que le diera pollo, mientras que Oliva miraba fijamente a mis padres. Mi madre trajo la tarta de la cocina, la cortamos y nos comimos un trozo cada uno, ¡estaba deliciosa!

Ya era hora de que mis padres se fueran, pero antes me dieron mis regalos, dos pijamas muy bonitos, uno de pingüinos y otro de osos panda, una chaqueta de cuero, unas zapatillas muy bonitas rosas y un bolsito marrón. Acompañé a mis padres y de paso saqué a las perras a dar un paseo largo. me encontré con Jorge, el chico de la universidad, el que siempre estaba en el Starbucks.

—Hola Aitana, ¿qué tal?

—Hola Joege, bien,¿y tú?

—Bien aquí paseando a mi perro Yako, ¿vives por aquí?

—¡Que mono!, Si vivo aquí en la calle del parque pequeño. —le digo acariciando a su perrito.

—Yo vivo aquí cerca también enfrente del kiosko.

—Que bien, bueno nos vemos en el Starbucks, adiós.

—Xao Ait.

Me fui a casa, tenía que poner una lavadora con la ropa del trabajo y aprovechar a pasar la aspiradora y fregar el suelo, me di un baño relajante, salí y me puse el pijama de los pingüinos que me han regalado mis padres. Voy al salón, Sopa estaba en el sofá y Oliva en la alfombra, nos ponemos una película para pasar la tarde tranquila, termina la lavadora, pauso la peli y voy a tener la ropa en la terraza para que se seque.

Me estaba terminando de ver la película, cuando suena el timbre de casa, pauso la peli voy a abrir la puerta y no hay nadie, cierro la puerta pensando que se han confundido. Apenas llegando al sofá suena otra vez el timbre, sigue sin haber nadie, pero me da por mirar hacia abajo y...

¡Había un ramo de rosas! Tenía una nota en color rosita " Feliz cumpleaños Aitana". Cogí el ramo y entré a casa, no había nadie, me quedé alucinando, ¿Quien había podido ser?¿Habrá sido Jorge? Pero.. si él no sabe exactamente dónde vivo.
Esto me recordó a lo del café y los donuts, todo muy extraño, ¿Tendré un admirador secreto en el trabajo? Pero... Nadie sabe mi dirección ni mi piso.

La Carta - Aitana OcañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora