CAPÍTULO 28

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MASON

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MASON

"Solo seremos felices cuando cobremos conciencia de nuestro papel, aunque nos corresponda el más oscuro" – El principito

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No recordaba nada del día anterior, pero sentía que la cabeza me iba a estallar y me sentía agotado; me dolían los músculos, me ardía la garganta, tenía la boca seca, casi como una lija y tenía el estómago revuelto, pero todo eso quedó de lado cuando salí de la habitación y me encontré el apartamento limpio.

Daphne estuvo aquí

Daphne me vio en ese estado

¡Mierda! ¡Por supuesto que ella vendría! ¡La dejé plantada en el restaurante! ¡¿Qué había sucedido?!

Intenté recordar algo de la noche anterior, pero no recordaba nada y sentía que la cabeza me iba a explotar en cualquier momento; no se suponía que las cosas saldrían así; no se suponía que ella me viera en ese estado y ahora no sabía que hacer.

Me sentía alterado y nervioso; no sabía que hacer o decir; busqué mi celular de inmediato e intenté llamarla, pero me pasé más tiempo debatiéndome si debía o no hacerlo en lugar de simplemente llamarla y después de un rato decidí darme una ducha e ir a buscarla.

Sentía el cuerpo pesado, moría de sed y hambre, pero mi mayor preocupación en este momento era hablar con Daphne, por lo que me bañé y me vestí lo más rápido posible; tomé mis cosas para salir del apartamento, pero cuando abrí la puerta, choqué directamente con alguien.

-        Pensé que seguirías durmiendo – escuché una voz y reaccioné de golpe

-        Daphne – dije de inmediato y la ayudé a levantarse

-        Traje el desayuno – dijo con una sonrisa y eso me hizo sentir aun peor

Ayer fui un idiota; no debí ponerme a beber, no debí permitirme ceder el control y no debí drogarme; no debí dejarla plantada en el restaurante ni ser una carga para ella, pero lo hice; cometí una estupidez tras otra y, aun así, Daphne seguía aquí.

Realmente no la merecía, no merecía nada de lo que ella hacía por mí y temía que en algún momento ella terminaría dándose cuenta que yo no era nada y que estar cerca de mí era un peligro para ella; temía que se diera cuenta que no la merecía.

-        No deberías salir corriendo sin mirar – dijo con tranquilidad – Volvamos adentro, debes estar muriendo de hambre – dijo entrando al apartamento y la seguí cerrando la puerta tras nosotros

-        Daphne...

-        Compré de todo, hoy desayunaremos al puro estilo inglés

-        Daphne...

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