Lunes.

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Jisung lo había asumido durante el fin de semana.

El chico le gustaba, le gustaba muchísimo.

No estaba enamorado.

Pero lo sabía, no tenía duda alguna, se iba a enamorar. Era cuestión de tiempo para que este completa y locamente enamorado.

Durante el fin de semana pensó en él, en varios momentos del día.

Le asustaba un poco, y el domingo a eso de las tres de la tarde, luego de haber pasado todo un sábado pensando en la sonrisa y
los ojos del chico, haber soñado con él y además haber escrito un par de cuentos de romance, cosa que el no solía hacer, lo
entendió. Se iba a enamorar.

Estaba un poco negado y, en realidad, lo había pensado lo que quedaba del domingo.

¿Se quería enamorar? A ver, no es algo que Jisung pudiera elegir realmente, pero al menos podría intentar luchar contra el
sentimiento.

Nunca le fue bien cuando se enamoro.

¿Quería pasar por ese sentimiento? No estaba seguro.

Algo en el le decía que se iba a enamorar y no iba a poder luchar contra eso, pero otra parte le decía que por ahí podían evitarlo y así evitar problemas a futuro. Solo quedaba esperar a descubrir que parte va a ganar.

Suspiro una última vez antes de ir hacia afuera, se había refugiado en la cocina de la cafetería.

Felix estaba con el ceño fruncido, molesto, mirando su celular.

-¿Qué pasa?- Pregunto Jisung, curioso por el mal humor del rubio.

Estaba más callado de lo normal. Había estado con un humor raro todo lo que iba de turno, pero había estado hablado de todas
formas. Ahora ni siquiera hablaba.

-Lo odio

Ah, el vecino.

-¿Qué hizo?

Felix abrió la boca para empezar a quejarse, pero la campanita lo corto a media palabra.

Hyukjae estaba entrando por la puerta con la sonrisa amigable de siempre.

-¡Buenas tardes, muchachos!

-¡Buen día!- Sonrió Jisung

-¡Que lindo le queda ese abrigo! Muy elegante- Halago Felix

El hombre sonrió satisfecho, totalmente halagado y se sentó donde siempre.

-Café con leche y dos medialunas a la orden- Dijo Jisung mientras volvía a la cocina

-Ustedes si me conocen- Dijo

Jisung comenzo a preparar lo que el hombre tomaba habitualmente.

Y como cada que esta solo, el entrometido de Minho aparece en su cabeza nuevamente.

¿Con qué derecho? Este chico aparecía en su cabeza y no lo dejaba pensar en nada más. Bufo molesto.

Se movía por la cocina enojado.

Porque si, también estaba pasando por eso. Se enoja por tener esos sentimientos, después se calma y se resigna, reniega de
nuevo, suspira enamorado y se vuelve a enojar.

Esta bien, Jisung, respira.

Se auto calmo.

A los quince minutos ya tenia todo listo, así que salió con la bandeja, sonriendo porque Hyukjae no merecía su mal humor.

Oh, ahí esta.

Si, ahí estaba.

Minho estaba sentado en el lugar donde se sentó las otras veces, mirando por la ventana. El corazón de Jisung quiso huir de su pecho, que el chico aparezca de la nada no es algo sano para el.

Koi No Yokan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora