Domingo.

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La semana había pasado lenta.

Jisung vio a Minho el martes también, el miércoles no ya que debía hacer cosas así que no podía quedarse a esperarlo.

El viernes el no pudo ir a la cafetería.

Así que si, estaba ansioso de verlo, mucho.

Esperaba en la estación, ya que el lugar donde iban a ir estaba más cerca de la capital, si o si debían tomarse el tren.

Las manos le sudaban y el estómago le dolía.

Nervios, muchos nervios.

Durante la semana había escrito más cosas tontas sobre enamorarse. El no admitía aún que estaba enamorado, no estaba del todo seguro.

Pero le hacía ilusión ver al chico, y pensaba al menos tres veces durante el día en el, y a ver, hablaban por mensaje de forma constante.

Con sus intervalos ya que ambos debían hacer sus cosas, pero se decían buenos días y buenas noches.

Pensar en el, además, lo hacia sonreír mucho.

Cuando hablaban a veces la palabra "amor" se le atravesaba por la cabeza, pero el la sacaba rápidamente del plano.

Se conocían hace solo un mes pero Jisung estaba seguro de que nunca se había sonrojado tanto por alguien.

Mientras estaba ido pensando en todas estas cosas, Minho llegó junto a el.

Se veía distraído, así que el chico simplemente lo miro, sonriendo.

Se acerco despacio, para que Jisung se percate de su presencia sin asustarse.

Le salió bien, el chico se dio cuenta, si tuvo un colapso interno cuando lo vio, pero solo porque Minho estaba más lindo de lo que era posible para una persona normal un domingo.

Al parecer, Minho pensaba igual sobre el.

-Que lindo estas- Le dijo Minho

Piedad con el corazón de Jisung.

-No estoy

La voz le salió un poco temblorosa, para colmo sentía la cara caliente.

El mayor sonrió.

-Si estas

Y ahí iban de nuevo, durante la semana descubrieron que eran muy buenos llevándose la contra, uno decía A y el otro automáticamente B.

Puede ser que en realidad ambos piensen A, pero con tal de molestarse, no les interesaba.

Parecían dos criaturas que se sacan la lengua constantemente nomas por el placer de pelear.

Además, Jisung es de enojarse rápido, y Minho es de divertirse mucho cuando Jisung se enoja.

Jisung le revoleo los ojos y Minho se rio.

Caminaron hasta el anden donde debían esperar, Jisung contaba muy emocionado una historia sobre el gato de su vecina, de eso salto a contarle sobre unas galletas que había horneado hace unos días y de eso pasó a hablar sobre Felix.

Resulta que la noche anterior había vuelto a discutir con su vecino por una idiotez, como de costumbre, pero el desenlace de esa discusión fue un beso. Al fin.

La boca de Minho casi cae al piso, se sabía que era algo inevitable pero el shock golpeó igual.

Jisung realmente no podía dejar de hablar, hablaba mucho, en realidad estaba un poco nervioso.

Estar con alguien que te gusta, que te encanta, y quien sabe que más, te pone los pelos de punta. Y el estaba viviendo eso en carne propia.

Además, lo único que hacía Minho era mirarlo.

Koi No Yokan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora