Jisung había soñado con barcos de papel.
Estaba profundamente ofendido con su subconsciente.
Durante el día de ayer había pensado en ese chico una sola vez, una sola, pero su cerebro quería hacerlo aparecer.
Era una injusticia.
-¿Por qué ese seño fruncido?- Felix le llamo la atención-Normalmente no pregunto porque vos me contas solo, pero estuviste todo el turno con esa cara, solo sonreíste cuando llego Hyukjae ¿Está todo bien?
El rubio se veía preocupado y eso hizo sonreír a Jisung, le gustaba sentirse querido.
-No es nada, anoche soñé con barcos de papel- Explico restandole importancia
Felix lo miro confundido.
-¿Y qué tiene eso?
-Que me hizo acordar a Mi- Jisung deja de hablar, le grito su voz interna.
Jisung dejo de hablar, poniendo su mejor cara de nada.
Felix la miraba expectante.
-¿Mi…?
Jisung decidió fingir demencia y caminar hacia la cocina, pero Felix era persistente y lo siguió.
-¿Mi…?- Volvió a insistir
-Nada, Feli, nada- Dijo de forma nerviosa mientras limpiaba tazas que ya estaban limpias
Felix iba a insistir pero la campanita de la entrada sonó, antes de irse el rubio le dio una clara mirada de “Ya te voy a hacer
hablar” y salió por la puerta.Lo próximo que Jisung escucho fue la risa de Candela.
-¡Minho, hola!- Con una clara acentuación en el “Mi”
Jisung dejo caer la taza que estaba sosteniendo al suelo.
Miro los pedazos en el suelo con la cara completamente en blanco, no le podían estar pasando estas desgracias a el.
No pasaron ni cinco segundos cuando Felix irrumpió de un portazo en la cocina.-¿¡Estás bien!?¿¡Te lastimaste!?
Jisung suspiro y se agacho para recoger los pedazos.
-Estoy bien, solo soy estúpido- Refunfuño para sus adentros
Felix comenzó a reír.
-Por dios… Que mierda- Otra vez acentuando el mi en mierda
Jisung le dedico una mirada de muerte, totalmente dispuesto a tirarle un trozo de la taza.
Felix se carcajeo y luego salió de la cocina.
-¿Esta todo bien?
Esa era la voz de Minho.
-Si, solo se le resbalo una taza a Jisung, pero esta bien.
Jisung escucho otras palabras que no entendió, sonaban mas a murmullos ya que el latido de su corazón no lo dejaba escuchar bien.
Además, como si eso no fuera suficiente, se le había hecho un nudo en el estómago.
Minho estaba ahí, en ese mismo momento.
Miro la hora, faltaba poco para que termine su turno, una media hora.
Había llegado más tarde que el lunes y el martes, pero ahí estaba.
Trato de disimular un poco su sonrisa y termino de ordenar el desastre que el mismo había provocado. Se acomodo el pelo tras sus orejas y respiro hondo antes de salir por la puerta de la cocina.