Jueves.

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Hoy Nayeon, la jefa, se encontraba en el café.

Había decidido pasar a visitar a sus empleados favoritos, según ella.

La mujer iba de vez en cuando al lugar a pasar el día y para hablar con los clientes frecuentes. Le tenia mucho amor a ese café. A veces iba con su marido, otras sola.
Nayeon estaba siendo víctima de las historias de Felix, quien hablaba a lengua suelta con cualquier persona, su jefa no era la excepción.

Felix era una chico hermoso, muy extrovertido, capaz de comerse el mundo si quería. Jisung lo admiraba por eso.

El era más tranquilo, un tanto tímido a veces, le gustaría poder dar rienda suelta a su lengua y hablar tan desenvuelto con todos como lo hacía Felix. Pero le daba mucha vergüenza.

Y por eso mismo tenían sus puestos definidos, Felix se encargaba de la caja y de despedirse de los clientes, deslumbrando
a la gente con su sonrisa y sus palabras corteses. Jisung era más eficiente, sabía seguir órdenes y era bastante multiuso. Le gustaba sentirse útil, y ocuparse de atender mesas y preparar pedidos cubría su cuota de utilidad.

Jisung y Felix se habían conocido en el trabajo, pero se habían hecho muy amigos. Si bien a veces Felix hace que la cuota
diaria social de Jisung se agote, y si bien Jisung no sigue al pie de la letra los chismes de Felix, ambos se quieren muchísimo.

El día estaba tranquilo, Hyukjae no iba los jueves, utilizaba ese día para recibir a sus nietos y pasar la tarde con los chicos. Así que, nuevamente, gran parte de la tarde fue escuchar a Felix poner al día a su jefa con historias de su guerra interminable con su
vecino.

Jisung estaba seguro que la mujer pasaba por el café para mantenerse al día del chisme más que otra cosa. Nadie podría
culparla, era una historia interesante.

Tanto Hyukjae como Nayeon esperaban el desenlace de la historia y que esos dos chicos se besen de una buena vez. Jisung, por su parte, estaba perdiendo las esperanzas.

Hoy Minho tampoco había ido, y el turno de Jisung estaba por terminar.

Lo diferente es que a diferencia de ayer, Jisung prácticamente no había pensando en Minho, bueno, tal vez una vez cuando entró un cliente durante la tarde y pensó que podía ser él, pero no más
que eso.

Koi No Yokan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora