Miercoles.

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Jisung estaba sentado en una mesa, acomodándose el pelo. Un poco ansioso.

Le emocionaba la idea de volver a hablar tranquilo con Minho.

Miraba la ventana, el paisaje era naranja. El otoño estaba en su resplandor, las hojas caían, estaban en el suelo y habían unas pocas en las ramas de los árboles.

Suspiro, le encantaba el otoño.

En pocos minutos, lo vio llegar por la esquina. Intento desviar la mirada para hacerse el desentendido, pero choco miradas con Minho. No podía fingir demencia.

El chico entró sonriente, se acercó a besarle la mejilla y se sentó frente a el.

-¿Cómo estás?

Casi que enamorado, pensó.

-Muy bien, gracias- Respondió- ¿Vos?

-Bien también

Hicieron sus pedidos y comenzaron a charlar.

Charlaron de todo, hablar para ellos no era un problema, la conversación simplemente fluía.

A ambos se los veía muy cómodos con la presencia del otro, como si se olvidarán del resto de las cosas. No había tanto problema en sus cabezas cuando estaban juntos, y eso se notaba.

Jisung le contó sobre Felix, al final el vecino si había juntado su ropa, hasta la había vuelto a lavar y secar. También la doblo.

Felix igual se enojo con su vecino porque lo había hecho renegar.

-Ojalá se besen pronto- Dijo Minho

Jisung rio escandalosamente, el esperaba lo mismo.

Luego siguieron hablando sobre temas varios, sobre sus gustos y las cosas que los hacían felices.

Siguieron hablando sobre libros, sobre los que habían leído.

Minho le recomendó un par a Jisung, quien aseguró iba a leerlos.

La conversación siguió para diversos lados, Jisung hablaba mucho y Minho lo escuchaba atentamente. Por otro lado, el escuchaba fascinado la charla que el mayor le daba.

Le parecía fascinante como podían hablar de todo, estaba muy emocionado además de poder charlar con él.

El corazón le iba rápido y estaba seguro de que los ojos le brillaban, solo esperaba que no sea tan notorio.

Entre una charla y otra, el tiempo pasaba volando.

Los chicos ni siquiera se daban cuenta del tiempo que había pasado, al menos no hasta que Minho sacó su teléfono para mostrarle algo a Jisung y vio la hora.

Nueve y media.

Ambos se sorprendieron genuinamente por eso.

Decidieron marcharse ya que no querían estar hasta tan tarde, no era lo mejor volver tan de noche.

Nuevamente caminaron juntos hasta la estación, mientras se reían y hacian preguntas tontas del tipo "preferís perder tu mano favorita o tu pie favorito" entre otras cosas.

Cuando llegaron a la estación, Jisung se dispuso a saludar para ya irse, pero Minho lo freno.

-¿Me queres pasar tu número?- Jisung quedo quieto- Quiero decir, si queres, después de todo como voy a comentarte los avances del libro si no tengo tu número.

Jisung quiso reír, sonaba a una excusa tonta.

En realidad, esperaba que sólo sea una excusa tonta.

-Claro, anota

El le recito su número, y Minho le aseguró que iba a mandarle un mensaje.

Se despidieron y cada uno partió por su camino.

Jisung estaba a la mitad de su viaje en tren cuando simplemente sonrió, y zapateo un poco emocionado, levantando miradas
curiosas.

Lo sabía, estaba a nada de perderse completamente por amor.

Y ya no quería luchar contra eso.

Koi No Yokan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora