Lunes.

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Jisung estaba cansado, no quería ser un desgraciado pero si seguía escuchando a su compañero de trabajo hablar sobre lo mucho que odiaba a su vecino iba a gritar.

Ya había divagado y literalmente perdido el hilo de la conversación cinco veces, y aún así el otra chico seguía hablando.

A ver, Jisung no era el mejor para escuchar de todas formas, siempre termina perdido en sus pensamientos, o en su imaginación.

Por otra parte, Felix, su compañero, era una máquina de hablar, constantemente, y el noventa por ciento de sus parloteos iban referidos a lo mucho que su vecino lo ponía de mal humor.

Jisung quería decirle algo como "Bésense y ya", porque el no conocía al vecino y de todas formas sentía la tensión sexual que tenían.

-¿¡Vos podes creerlo, Jisung!?- Pregunto Felix, claramente exasperado

-Es un idiota- Respondió el, de forma automática, esperando que tenga sentido lo que dijo

-¡Lo es! Gracias por darte cuenta- Felix asintió satisfecho

Jisung rio para sus adentros.

No podía culpar a Felix, se ve que lo que sea que haga su vecino la ponía de los pelos, en una primera instancia si la escuchaba con atención, o intentaba, pero se había vuelto repetitivo y ya estaba agotado.

Era obvio que se gustaban, pero Jisung sabe que el ser humano es complejo y un tanto estúpido, entonces no lo iban a hacer fácil.

Ambos chicos trabajaban en una cafetería, que si bien estaba casi en el centro siempre concurrían los mismos clientes, todos del barrio cercano. Eran las tres de la tarde, a esta hora nunca iba nadie, salvo Hyukjae, un señor de unos setenta, que se hacia el que leía el diario pero en realidad escuchaba el drama de Felix y se reía por lo bajo, pero el llegaba a eso de las tres y media.

Por lo que Felix le daba lengua suelta a su drama. Al menos hasta las cinco, donde empezaban a llegar los clientes de siempre, gente mayor que le gustaba merendar fuera, y al parecer tenían el poder económico para hacerlo, Jisung los conocía ya a todos de vista, pero no de nombre, ya que su turno termina a las cinco, precisamente.

La cafetería era de una pareja ya grande, antes la atendían ellos mismos, pero como decía su jefa "Los años no vienen solos y las bandejas con café se vuelven cada vez más pesadas", así que ahora tenían empleados.

Pero, no para presumir, su jefa les decía que eran sus favoritos.

Entre lo que Jisung siguió escuchando el drama de Felix, mientras está se quejaba y tironeaba su pelo rubio, el seguía limpiando el mostrador, hasta que escucho la campanita de la puerta.

Se asomo por el mostrador con una gran sonrisa, esperando ver a Hyukjae con el diario bajo el brazo.

-Hola, buen día

Ese no es Hyukjae, Jisung. Le dijo su voz interna.

Oh, no me digas. Le respondió.

Jisung estaba estupefacto, había un chico sentándose en una de las mesas, un chico que lo dejo sin aliento por un momento.

-¡Buen día!- Respondió Felix, quien se acerco rápidamente al otro chico- Cerra la boca Jisung, por dios- Le susurro entre risas- Tenes que llevarle el menú

El chico sacudió un poco su cabeza y miro mal a Felix.

-Mi boca está cerrada- Le susurro de igual manera, de forma tajante

Koi No Yokan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora